La hostelería de Valdeorras no cuenta con personal cualificado suficiente para cubrir la demanda actual que le exige el mercado. Y eso se deja ver en periodos vacacionales, cuando se necesita más mano de obra, como el puente que termina mañana y las Navidades que están a la vuelta de la esquina. “El problema es que no disponemos de gente formada; llevamos muchos años reclamando la puesta en marcha de cursos de hostelería, servicios, incluso para camareras de pisos, no hay nada de nada”. Así lo señala Montserrat Rodríguez, gerente del hotel monumento O Pazo do Castro, en O Barco, y vicepresidenta de la Ruta do Viño de Valdeorras. “Es más, ahora que en Valdeorras tenemos un porcentaje bastante alto de jubilados de silicosis de las canteras, con cuarenta o cincuenta años, gente válida que puede trabajar en otra cosa, ¿por qué no formarlos para reubicarlos? Han estado veinte o veinticinco años trabajando en la pizarra, y no saben hacer otro tipo de trabajo. Un ejemplo: el conserje de noche de mi hotel, tiene 50 años, prejubilado de la pizarra”.
Problema social
Para la portavoz de los empresarios de Aeva, Araceli Fernández, uno de los problemas de la hostelería es “tener una plantilla que pueda absorber las necesidades del cliente”. Ve la formación como algo necesario, pero explica que “el problema es que no hay motivación para que la gente quiera trabajar en la hostelería; se trata de un problema social, porque con el paro que hay no somos capaces de cubrir la demanda de trabajo. Hay una incongruencia ahí. Se ponen parches continuamente al problema sin saber cuál es el fondo”. Los últimos datos del paro en la comarca de Valdeorras hablan de un total de 1.077 desempleados, de los cuales 679 pertenecen al sector servicios y 1.022 son mayores de 25 años.
La falta de personal es a veces un quebradero de cabeza para los gerentes de hoteles como Palladium, en Vilamartín, que durante la Navidad necesita contratar y “no encontramos gente comprometida que quiera trabajar y que cumpla con su trabajo”. Así lo explicó Jennifer Álvarez, gerente del complejo hotelero, que está convencida de que “el problema es de base, porque algunos prefieren no moverse de casa si están percibiendo, por ejemplo, una ayuda”.
Falta de iniciativas y profesionalización
Esa falta de plantillas cualificadas, unida a la falta de iniciativas locales, hace que muchos hoteles echen el cierre durante la temporada de Navidad. Así le ocurre al Pazo de O Castro, que “cerramos porque esta época del año se ha vuelto la más floja, si vienen los turistas, como nos pasó ahora en el puente de diciembre, no se les ofrecen alternativas de ocio, si llueve, ya no tienen qué hacer”, explica.
En la misma tesitura se encuentra el Hotel Peña Trevinca, de nueva gerencia, considerado el hotel a mayor altitud de Galicia, situado en Fonte da Cova, Casaio, Carballeda de Valdeorras. Su gerente, Javier Rodríguez, explica que “con la poca experiencia que tenemos ya nos hemos encontrado con muchos problemas para contratar, en nuestro caso porque tienen que desplazarse para trabajar y porque venían con muy malas experiencias de contratación”. Para él, muchos de los problemas de la falta de profesionalización en este campo, también han acarreado una falta de profesionalidad en el propio hostelero o gerente “que no han ofrecido unas buenas condiciones de trabajo, por ejemplo, que no se les paga según convenio”. Según explicó, “está asumido que en la hostelería es así”.
