La lluvia no paró al Padre Eterno de Lardeira

El arzobispo emérito Julián Barrio presidió los actos religiosos de la aldea de Carballeda

La festividad del Padre Eterno llevó a cientos de valdeorreses y de las comarcas próximas a dos pequeños núcleos de Carballeda de Valdeorras y Rubiá: Lardeira y Biobra, respectivamente. Las previsiones meteorológicas mantuvieron en vilo a los fieles, provocando incluso algún cambio de planes.

Lardeira madrugó, con misas cada 60 minutos desde las 10,00 horas, siendo la de las 13,00 la mayor. Fue precedida, como marca la tradición, de la procesión. Durante la misma, los fieles se colocan en fila para agacharse cuando se aproximan las imágenes del Padre Eterno y de la Virgen al objeto de que estas pasen sobre ellos.

Este año, los devotos se encontraron con la incertidumbre de asistir a la procesión. Una hora antes de salir, una fuerte tormenta descargó sobre la zona, amenazando con suspenderla, ante el temor de que la imagen de madera del Padre Eterno sufriese daños. Sorpresivamente, minutos antes del inicio de la misa, la lluvia cesó, respetando la tradición.

El párroco, José Prieto, contó con la presencia del arzobispo emérito de Santiago, Julián Barrio, invitado por el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Isidro García Tato.

En Biobra, la asociación O Regueiral, anunció la recuperación de la romería del Padre Eterno en la Poula do Couso, tradición perdida hace unas dos décadas. Al final, la amenaza de tormenta pudo más y la fiesta se trasladó al pabellón.

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