Su intervención forma parte de los Encontros Familia-Escola de Vagalume Valdeorras.
¿Por qué decidió colaborar con Vagalume?
Su presidente, José Fernández, me llamó para convencerme pero no le hizo falta. Valdeorras es la tierra de mi padre, que era del pueblo de Corexido, en A Veiga, ahora casi abandonado. Así que esta es mi zona también, la conozco bien, y no pude decirle que no.
¿De qué hablará en la conferencia?
Hay un tema, sobre el que tengo especial interés en hablar, que es la psicología ambiental, es decir, cómo nos influye el medio ambiente en el que estamos viviendo. Porque lo hace muchísimo más de lo que creemos. Pero se habla muy poquito y yo creo que es porque al ser humano no le gusta pensar que no todo es libre voluntad. Por ejemplo, haberte criado en un determinado entorno. Yo tengo familia que vive en entornos rurales como Valdeorras, o en la zona de mi madre, que está cerca de Santiago de Compostela, y tengo familia que vive en entorno urbano. Y no solo familia, también pacientes. Hago psicoterapia “online” y eso me permite conocer gente de muchos sitios.
¿Desde qué lugares solicitan su consulta?
Pues tengo pacientes que viven en entornos rurales de muchos sitios, de Estados Unidos, del Norte de Europa, y gente que vive en Nueva York. La diferencia es inmensa. Tengo pacientes en las dos ciudades más grandes de mundo y también los tengo que viven en pueblos de 15 habitantes. Eso es lo que me ha enseñado cómo influye en una persona lo que tienen a su alrededor.
¿Por qué decidió dedicarse a la divulgación?
Hace 25 años empecé a hacer divulgación porque para mí es una pulsión. En Estados Unidos o Inglaterra lo tienen más interiorizado, pero en España no creemos en que la Ciencia tiene que ser comunicada, que hay que hacer divulgación. Cuanto más sepa la gente sobre lo que cuentas, mejor. Además, debes elegir qué le interesa a la gente y tratar el tema de manera amena, y a la vez, rigurosa.
¿Se formó para ello?
Yo era un “friki” de la divulgación, leía y escuchaba a muchos divulgadores. Los hay buenísimos, así que trataba de aprender un poquito de esa gente que cuenta y consigue llegar con esa mezcla de rigor y ese alma de cuentacuentos. Después, hay que darle intriga, emoción, que llegue al corazón, que es algo esencial. La divulgación no se consigue sin pasión.
No todo el mundo vale para divulgar…
Pues yo tengo la impresión de que todo el mundo, de alguna manera, valemos como divulgadores. Lo que pasa es que tenemos que buscar qué es lo que mejor transmitimos. Encontrar lo que tú ofreces, es una gran tarea.
¿Qué espera del público?
Que participen. Soy muy mal monologuista, me aburro de escucharme a mí mismo, me gusta mucho más el diálogo.
