Las madereras abandonan la corta de pinos en Vilamartín

La limitación del tonelaje para no dañar la carretera las volvió antieconómicas para las empresas

Las madereras dejaron de talar pinos en los montes comunales de Cernego (Vilamartín de Valdeorras). Salvo algunas acciones puntuales, los camiones ya no recorren la carretera local que desciende hacia la N-120. La limitación de tonelaje impuesta por el Concello que dirige Enrique Álvarez Barreiro está detrás del abandono de la actividad que desarrollaban en esos montes. “Se queren cortar haberá que sentarse a falar”, comentó el regidor, partidario de reunir a vecinos, empresas y representantes municipales.

Ante los desperfectos ocasionados en la carretera por los camiones que transportan madera, el Concello decidió establecer limitaciones en el peso de los vehículos para aminorar los desperfectos que sufría la calzada. El equipo de gobierno que dirige Enrique Álvarez fijó en 5,5 toneladas el máximo que podía circular por la infraestructura, colocando señales indicadoras en su trazado.

La norma no fue siempre respetada, pues hubo empresas que abandonaron el lugar sin atender las llamadas del Concello para reclamar el arreglo de los daños ocasionados. En todo caso, la limitación condicionó seriamente los viajes pues las empresas consideran que si los camiones deben circular con solo media carga se encarece considerablemente el producto y prácticamente dejaron de comprar en los citados montes de Cernego. La decisión de fijar un tonelaje máximo fue tomada ante los desperfectos de un vial antiguo, pues fue construido hace casi medio siglo, y cuyas deficiencias se traducen en serios perjuicios para los vecinos, pero también para las arcas públicas. La última reparación del deterioro ocasionado por el transporte de la madera tuvieron que afrontarla la Diputación provincial y el Concello.

Enrique Álvarez es consciente de la necesidad de conservar la carretera pero también de favorecer la actividad empresarial. “A carretera hai que coidala pero tamén ten que haber empresas para que haxa traballo”, explicó el alcalde. “Todos temos que convivir”, añadió.

Una opción que manejó el Concello fue la de fijar un aval, que las empresas deberían depositar antes de empezar los trabajos con miras a utilizarlo en caso de que el vial fuese deteriorado por los camiones. Sin embargo esta opción fue finalmente descartada ante la dificultad de cuantificar el valor de los desperfectos ocasionados por el transporte para establecer la cantidad que se exigiría a las madereras para su reparación.

Así las cosas, salvo en alguna que otra ocasión puntual, los camiones no volvieron a circular con pinos de los montes de Cernego.

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