Afirmó que estar lejos de la sede de la diócesis "non quere dicir que esteades lonxe do noso corazón".
El Año Jubilar de la Misericordia comenzó ayer en el santuario de As Ermidas con la apertura de la Puerta del Perdón. Este acto fue el momento que eligió el nuevo obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, para realizar su primera visita a la zona ourensana de la Diócesis. También le sirvió para dirigirse a los fieles en gallego. "Bo Nadal! Saúdo desde este santuario de As Ermidas a tódolos diocesáns que vivides na provincia galega de Ourense. O feito de estar máis lonxe da catedral de Astorga non quere dicir que estea- des lonxe do noso corazón", dijo al iniciar una homilía que centró en la "crisis profunda de la institución familiar".
Hizo especial hincapié en los problemas que afronta la familia cristiana, como la inseguridad económica derivada del des- empleo que genera "este sistema neocapilista". También aludió a las reticencias de los jóvenes a contraer matrimonio y a tener hijos que, con otros diversos factores, provoca la "falta de nacimientos y el envejecimiento de la población".
Una vez finalizada la liturgia y de saludar, uno por uno, a los muchos fieles que asistieron, el obispo se mostró "emocionado y encantado" con su visita al templo bolés. "No conocía esta zona de Ourense. Me recuerda mucho a Covadonga, mi tierra. También está la Virgen, que es mi compañera de viaje. Pienso venir cada poco", afirmó. Se despidió con el conocido dicho que reza: "Gallegos y asturianos, primos hermanos".
Durante su estancia en el santuario de O Bolo, el obispo estuvo acompañado por los sacerdotes de la zona. También por numerosos fieles, que ya habían abarrotado el templo antes de la ceremonia y que lo abandonaron para regresar en procesión al finalizar el acto de apertura de la Puerta del Perdón. Llegaron desde todos los puntos del oriente provincial y también de Viana, desde donde se desplazó la coral polifónica Candea, que puso la nota musical en la ceremonia religiosa
