Los vecinos de Robledo (Carballeda de Valdeorras) no podrán volver a votar tomando el vermú. Una disposición de la Oficina del Censo Electoral prohíbe seguir usando el bar como local electoral, pues sólo admite los de carácter docente, cultural, o recreativo y titularidad pública. Ante esta orden, el Concello plantea su traslado a Carballeda. La decisión evitará el cierre del local electoral de este pueblo por no alcanzar los 200 electores exigidos, obligando a sus vecinos a viajar 46 kilómetros para votar en Casaio.
Los comicios no pasan desapercibidos en el bar que Arturo Vidal posee en el pueblo de Robledo (Carballeda de Valdeorras). Con independencia de que sean elecciones generales, autonómicas o municipales, el local acoge uno de los locales electorales del municipio, permitiendo a los vecinos depositar su voto mientras se toman el vermú con olivas.
Esta ubicación, lejos de ser un aliciente para fomentar la participación y frenar la abstención, es reprobada por la Oficina del Censo Electoral. Un escrito remitido por la Delegación Provincial prohíbe seguir utilizándolo. Su titular, María Isabel Fariñas, recuerda que los locales electorales deben ser preferentemente de titularidad pública, requisito que no reúne el bar de Arturo Vidal.
También apuesta por los locales de carácter docente, cultural o recreativo, y deberán ser accesibles a las personas con limitaciones de movilidad. Para la Oficina del Censo Electoral, el bar de Robledo no se ajusta a lo señalado y por ello es necesario que lo modifiquen.
Otra instrucción que dictó este organismo es el cierre de la mesa electoral de Carballeda, pues sus 198 electores le impiden alcanzar el mínimo exigido de 200. Ante este descenso, el organismo estatal establece que deberán desplazarse hasta el local electoral de Casaio.
Esta decisión obligará a los vecinos de Carballeda a recorrer 46 kilómetros si quieren votar, pues la distancia que separa este pueblo de Casaio supera los 23 kilómetros por un estrecho vial.
Esta ubicación, lejos de ser un aliciente para fomentar la participación y frenar la abstención, es reprobada por la Oficina del Censo Electoral. Un escrito remitido por la Delegación Provincial prohíbe seguir utilizándolo. Su titular, María Isabel Fariñas, recuerda que los locales electorales deben ser preferentemente de titularidad pública, requisito que no reúne el bar de Arturo Vidal.
También apuesta por los locales de carácter docente, cultural o recreativo, y deberán ser accesibles a las personas con limitaciones de movilidad. Para la Oficina del Censo Electoral, el bar de Robledo no se ajusta a lo señalado y por ello es necesario que lo modifiquen.
Otra instrucción que dictó este organismo es el cierre de la mesa electoral de Carballeda, pues sus 198 electores le impiden alcanzar el mínimo exigido de 200. Ante este descenso, el organismo estatal establece que deberán desplazarse hasta el local electoral de Casaio.
Esta decisión obligará a los vecinos de Carballeda a recorrer 46 kilómetros si quieren votar, pues la distancia que separa este pueblo de Casaio supera los 23 kilómetros por un estrecho vial.
