Afirman que los bolardos que el Concello empezó a colocar en las calles del centro no son la solución

Los padres piden una solución al riesgo que corren sus hijos al salir de un colegio rues

Salida del colegio
Al salir de clase, los escolares y padres del colegio Pablo VI-Fátima de A Rúa deben esquivar a los vehículos que circulan por la calle Felgar. Estrecha y sin aceras, los padres temen que sus hijos puedan ser atropellados. Su preocupación es mayor los días de lluvia, cuando aumenta el número de rueses que van a recoger a sus hijos en coche. El Concello comenzó a colocar bolardos para favorecer un paso para los niños, aunque el vial seguirá abierto a la circulación. La oposición reclama la presencia de la Policía Local.
La puerta de salida de los escolares del colegio Pablo VI-Fátima está situada en la calle Felgar, una arteria estrecha y abierta al tráfico de vehículos. A la entrada y salida de las clases, su calzada se llena de coches, padres y alumnos, convirtiéndose en un serio peligro para los peatones. “A los niños se les dice que vayan de uno en uno, pero aun así, tienen que pegarse a la pared cuando pasa un coche”, comentaron fuentes educativas.

El riesgo aumenta los días de lluvia, cuando muchos padres recurren a sus coches para ir a buscar a sus hijos. Esos días, el tráfico de la calle se dispara, amenazando a los peatones.

El equipo de gobierno que dirige el socialista Luis Fernández Gudiña pretende resolver el problema con bolardos. El alcalde confirmó que el Concello situó una docena en el entronque de esta calle con Telesforo Ojea. Añade que el Concello compró otra media docena, que colocará nada más recibirla para facilitar un paso para peatones. “Queremos chegar ao tramo máis ancho da rúa e despois pintar liñas brancas entre os pivotes”, dijo el regidor rues.

La oposición “popular” coincide con el equipo de gobierno en la necesidad de los pivotes o bolardos. Lo apuntó el concejal Antonio Bello, quien recordó que hace años que los viene reclamando al Concello. El edil se remontó al periodo en el que el independiente José Vicente Solarat, actual socio de gobierno de socialistas y nacionalistas, ocupó la alcaldía.

Este concejal del PPdeG añadió que la colocación de bolardos debería ir acompañada con la presencia de un agente de la Policía Local. Aludió a las complicaciones que surgen los días de lluvia, cuando “la salida a la calle Progreso se convierte en un cuello de botella y no hay ningún policía local para atender el servicio”, según dijo.

Los bolardos no convencen a la comunidad escolar del Pablo VI-Fátima. Padres y profesores corroboran que su colocación impedirá que aparquen los coches. Sin embargo, estima que la reducida anchura de la calle obligará a padres y alumnos a seguir esquivando a los coches, a la salida del colegio.


Pretenden que se prohíba aparcar

Los coches aparcados en la calle Felgar obligan a escolares y padres a caminar entre los turismos. Muchos de estos vehículos son estacionados a cierta distancia de los edificios, ocupando aún más tramo de calzada. Los conductores no los aproximan a las fachadas para no tener demasiados problemas para abrir la puerta. Padres y profesores estiman que este espacio será ocupado por los bolardos, aunque seguirán circulando vehículos, por lo que no será la solución del problema.

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