Crónica

La pandemia condicionó las fiestas de Santa Rita

Las misas en su honor y una charanga centraron la festividad barquense

El olor de las rosas llevadas por los devotos de Santa Rita volvió a inundar la iglesia a la que da nombre. La pandemia del covid-19 también se hizo notar en las fiestas, reduciendo el programa a las celebraciones religiosas, la música de una charanga y el campeonato de tiro al plato, que va por su 13 edición.

Por si fuese poco el problema sanitario, la mañana de la villa barquense se desarrolló bajo un cielo encapotado y una lluvia intermitente y persistente que se tradujeron en un ambiente desagradable. 

Los fieles volvieron a ofrecer rosas a la santa, en cuya imagen fue colocado un papel advirtiendo de la prohibición de tocar o besar la talla, un cartel propio de tiempos de pandemia. Pese a todo, la devoción volvió a cubrir todos los espacios permitidos por las restricciones dictadas contra el virus. Fueron solo cuatro misas, muy pocas comparadas con las de un año normal, pues entre ellas fue obligado limpiar el templo para evitar los contagios.

Una circunstancia a destacar es la reapertura del templo tras permanecer cerrado durante varios meses por la humedad procedente de la cubierta. En este tiempo, los actos religiosos cambiaron de escenario, trasladándose a la iglesia de San Mauro.

A la salida del templo de las personas que acudieron a la misa de 12,30 horas se encontraron con la ambientación musical de la charanga Bicoia. Sus jóvenes intérpretes hicieron un alto en la Praza do Príncipe para tocar varios temas, abandonando rápidamente el lugar a causa de la pertinaz lluvia.

Ya para hoy, el protagonismo recaerá por segundo día consecutivo en los inscritos en el campeonato de tiro al plato, que competirán en la aldea de Vilariño.

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