Un grupo desobedecerá la prohibición del tramo reservado para la pesca sin muerte
Un sector de los pescadores de O Barco afirma que practicará la pesca libre, la de siempre, en un tramo del Sil reservado para la pesca sin muerte. Está delimitado por el barquense puente de San Fernando y la desembocadura del río Candís, en las inmediaciones de Éntoma, y esta temporada es la tercera en la que las capturas deben ser devueltas al río. "Eu virei pescar como antes", dijo un miembro del colectivo.
La reserva del citado tramo para la pesca sin muerte fue solicitada por la asociación Mil Ríos. Se trata de una petición que, según los pescadores, que nadie respalda, pues la prohibición vació de vecinos pescando las orillas. "Non se ve a ninguén practicando a pesca sin morte", aseguró Arturo García, uno de los promotores de la reunión convocada en el tramo de río reservado para la pesca sin muerte.
A la cita acudió José Urdangaray, pedáneo de Éntoma. Explicó que la prohibición afecta a pescadores de la villa de O Barco y de los pueblos como Millarouso, Éntoma o Coedo. Recordó que hace meses, los pescadores enviaron un escrito con firmas a la Dirección Xeral da Conservación da Natureza, organismo que mantuvo la prohibición de la pesca libre. En su respuesta, argumentó que en su día nadie alegó y que "a pesca sen morte supón unha garantía de sustentabilidade a longo prazo".
A su vez, el colectivo argumenta que aquellos que quieran practicar la pesca sin muerte pueden hacerlo, aún sin la restricción. "Toda a vida pescando no río e agora isto", protestó Arturo García.
