Los últimos datos recibidos por los empresarios del sector de la pizarra ratifican la línea favorable de este año. Las cifras correspondientes a las exportaciones de los cinco primeros meses de 2019 reflejan un aumento del 10,1 % respecto al mismo periodo del año anterior. "La recuperación se mantiene", confirmaron fuentes empresariales.
Los principales importadores de la roca sobre la que gira la economía valdeorresa demostraron con sus compras que mantiene su apuesta por este producto. Así, Francia aumentó sus pedidos a las canteras gallegas y de Castilla y León un 7 %, llevándose 93.975 toneladas, que supusieron una facturación de 50.563.742 euros.
Los distribuidores franceses, el principal destino de la pizarra gallega, dispararon sus importaciones respecto a 2018, pero aún fueron mayores los aumentos registrados por los clientes de Reino Unido (14 %) y Alemania (17 %), con 62.542 y27.004 toneladas, respectivamente.
Otro dato importante es el importante incremento que se aprecia en la pizarra que reclamaron los clientes de Estados Unidos, un país en el que tienen puesta su mirada un grupo importante de las productoras. Sus importaciones aumentaron un 9%, respecto a los cinco primeros meses de 2018. En toneladas, fueron 3.594 las adquiridas desde la otra orilla del Atlántico, un volumen que supera en más del 192% a las 1.228 de hace una década: mayo de 2009. Este incremento, que generó una facturación de 2.025.985 euros, sigue acercando las cifras del cliente americano a las de un país que usa desde hace muchos años la roca gallega: Irlanda, desde donde fueron contratadas 6.827 toneladas.
El volumen de pizarra exportada entre enero y mayo alcanzó las 211.521 toneladas y supuso una facturación de 115.419.497 euros. Al importante papel que desempeña una actividad que, solo en Galicia, genera 2.400 empleos hay que añadir la línea ascendente del precio medio de la tonelada, que alcanzó los 546 euros. No es un dato récord, pues en los años 2012 y 2013 incluso llegó a tocar el techo de los 550 euros. Sin embargo, muestra una línea ascendente muy necesaria para un sector condenado a asumir el incremento de los costes de funcionamiento sin repercutirlos en las tarifas.
Estas cifras de exportaciones se registraron en un sector en periodo de elecciones sindicales, un proceso que fue suspendido durante las vacaciones estivales.
