Carballeda

Preocupación en la pizarra por el precio del alquiler del monte

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photo_camera Noelia Pérez, responsable de Calidad en la empresa Intradima.

Trabajadores del sector temen que las pretensiones de los comuneros perjudiquen al empleo

Los alquileres solicitados por las juntas de montes a las empresas de producción de pizarra preocupan al sector. Fuentes del sector explicaron que hay peticiones de arrendamientos de 5.000 euros por hectárea, cuando a pocos kilómetros -en la zona pizarrera de la Baña leonesa- se paga a 200 euros. Esta situación amenaza la viabilidad de la industria y pone en peligro decenas de empleos. 

Las pizarreras gallegas generan actualmente 2.400 empleos directos y 10.000 empleos indirectos, que hacen de las canteras la locomotora de la economía en comarcas como la de Valdeorras.

Un buen número de trabajadores muestra su preocupación al ver peligrar los empleos. "Quizás, los miembros de estas juntas no son conscientes de que, en muchos casos, tienen familiares directos trabajando en el sector", comentó Javier Rodríguez, responsable de exportación para países de habla inglesa, de Samaca. Comparte su opinión José Manuel De Pedro, jefe de almacén en la citada empresa del Trigal: "Las peticiones de las juntas son abusivas porque, lamentablemente, creo que no están acordes a la situación en la que nos encontramos, ni nada por el estilo".

Luis Vázquez, que fue encargado de Intradima, dijo que esta empresa no extrae ni almacena, "simplemente porque pasan los camiones por sus terrenos quieren establecer unos peajes, unos impuestos abusivos. Parece que muchos de nuestros propios vecinos se han marcado el objetivo de cerrar alguna empresa, algo paradójico porque algunos se jubilaron en las firmas que pretenden abocar al cierre".

A su vez, Noelia Pérez, que es encargada de Calidad en Intradima, consideró "ilógicas las pretensiones de las juntas vecinales" y abogó por regular el canon. "Actualmente, no sabemos a quién se le da el dinero, ni para qué". Esta regulación evitaría tensiones, pues "todos somos de la comarca, somos todos vecinos", según dijo.

La embaladora Isabel Sesmonde, de Pizarras Castrelos (Cafersa), recordó que la pizarra es una fuente de empleabilidad para la mujer, pues "en otras comarcas, tendríamos dificultad para encontrar trabajo".  Jesús Marques, que también es embalador, aunque en Cupa Pizarras, destacó las "oportunidades económicas del sector". En Cupa Pizarras también está Jennifer Rodríguez, que coincide con él: "Gracias a las pizarreras, mucha gente de Valdeorras puede tener trabajo, sobre todo mujeres y jóvenes".

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