La capacidad de Peludines Callejeros de Valdeorras está al límite. La protectora ya no puede recoger más perros. Precisa dar salida a algunos de los que atiende, especialmente los veteranos, para dar entrada a más.
La protectora de perros de O Barco, Peludines Callejeros de Valdeorras, suspendió la recogida de animales. Con 22 animales repartidos entre la finca y las casas de acogida, su capacidad llegó al límite. "Tenemos que parar. Hasta que no salgan algunos adoptados nos es inviable recoger más", explicó ayer el portavoz del colectivo, Jorge Yáñez Fernández.
No son muchas las adopciones, más bien todo lo contrario, escasean para los numerosos avisos de perros abandonados que recibe Peludines. Esta escasez se traduce en un aumento de los gastos, aunque no es esta la principal razón que los lleva a insistir en la búsqueda de familias dispuestas a adoptar uno de los animales que cuidan. Algunos llevan muchos años, excesivos para que los animales no se resientan de su situación. "Después de tantos años, los notas más cabizbajos, tristes", comentó Jorge Yáñez.
Son dos parejas de hermanos los animales que más necesitan el calor de una familia: Neo y Thais, que llevan en la protectora desde que los voluntarios valdeorreses recogieron a su madre preñada, junto con Emily y Emmet, dos animalitos que vagaban por una carretera con apenas unas semanas e vida. Cuatro años llevan estos perros en la finca que Peludines atiende en Rubiá. No les falta el cariño de los voluntarios de la protectora pero llegó la hora de que conozcan el amor de una familia. "Son perros maravillosos. Nos parece injusto que no se les dé una oportunidad", comentó Jorge Yáñez.
La protectora los entrega con el microchip a nombre del adoptante, vacunados, con cartilla, castrados y desparasitados. Lo único que precisan es alguien "responsable" que los adopte. Esa es la única exigencia que pone sobre la mesa Peludines cuando alguien recurre a la asociación para adoptar uno de sus animales.
"La mejor manera de que entren más perros es que salgan los que están", insistió Jorge Yáñez. En la protectora valdeorresa consideran que el abandono de mascotas en las vacaciones es una excusa. Explican que en la berciana Ponferrada hay dos residencias caninas (en Valdeorras no encontraron), donde estarán bien cuidadas. Lo saben por experiencia, pues tuvieron que recurrir a ellas en más de una ocasión. "Durante todo el año recibimos mensajes de perros abandonados", añadió. Eso sí, estos avisos se multiplican durante la temporada de caza o cuando esta finaliza. "En época de caza, se pierden o se escapan muchos. Ahí sí se nota diferencia respecto al resto del año", explicó.
