GANADERÍA

La sequía coloca a ganaderos de Viana en situación límite

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photo_camera El casi vacío embalse de O Bao, ante la villa de Viana do Bolo.

La falta de pasto y agua ha obligado a alguno de ellos a iniciar el sacrificio de parte de sus reses

La escasez de lluvias de los últimos meses está causando un sinnúmero de quebraderos de cabeza en Viana. Desde pueblos que recurren al Concello para que suministre agua hasta ganado que es llevado a la orilla del embalse de O Bao a abrevar. Las reses no son las únicas que acuden a este cauce, también lo recorren muchos vecinos, caminando por sus laderas sin apenas caudal. En sus paseos, visitan construcciones sumergidas bajo las aguas. Desde puentes hasta casas o molinos, sus piedras vuelven a mostrarse ante los atónitos vianeses.

Ayer, el volumen embalsado solo alcanzaba el 30,86 % de la capacidad total, un porcentaje muy bajo, que refleja su mínimo caudal. Su escasa profundidad no es buena ni para los medios aéreos empleados en la extinción de incendios forestales. Los pilotos que ayudaron a apagar el incendio que arrasó 360 hectáreas de monte el pasado fin de semana hubieron de acudir a otro embalse, el de as Portas, por no poder cargar en O Bao.

Fueron varios los pueblos que llamaron a las puertas del Concello para llevar agua a las casas. Covelo, Mourisca, San Cibrao o San Mamede son algunos de los que utilizaron en alguna ocasión a las cisternas facilitadas por el consistorio. "O consumo está garantido, mais con restriccións", comentó el alcalde, Secundino Fernández Fernández. Preside una Corporación municipal que, hace seis días, aprobó por unanimidad solicitar la ayuda de la Administración autonómica para el sector primario vianés.

"A situación está cada día peor", comentó María Páez Pérez, coordinadora de Unións Agrarias en Viana. "Hai xente que leva o gando a beber ao encoro, outros enchen unha bañeira con auga para abrevalos. Os prados están cada vez máis amarelos", expuso.

La falta también está detrás de la escasez de alimento para el ganado. Según sus estimaciones, el forraje que comen las vacas tiene un coste adicional de 3 euros diarios para sus dueños. "Non sei ata cando aguantará a xente", añadió.

Hay quien se beneficia de esta necesidad de alimento. Los distribuidores de forrajes, como la avena, no dudaron en disparar los precios. Un kilo, por el que hace unos meses se pagaban 0,084 euros, ahora obliga a desembolsar 0,156, o lo que es lo mismo, subió un 86 %. Hay una fórmula para eludir la subida, y algunos ganaderos ya recurrieron a ella, sacrificar reses para ahorrar su alimentación. Es una escasez afecta a todos, pero sobre todo a los más jóvenes, a quienes se inician en la actividad.

La producción de miel, también afectada

Los ganaderos no son los únicos afectados por la sequía; también están los apicultores. "Temos unha producción cero. Non dá para os gastos", comentó uno de ellos, Jesús Vizcaya Prieto. Explicó que, de una colmena que normalmente  produce entre 20 ó 30 kilos de miel, extraerá un máximo de 2. "O ano pasado tamén foi malo, e as colmeas deron entre 8 e 10 quilos. Este ano, cero. Só producirá algún colmear que se librou". Este productor añadió que la sequía obliga a alimentar a las abejas, lo que supone un gasto adicional. Una circunstancia que puede favorecer a este colectivo es el adelanto de la floración. "A hedra que florecía en xaneiro o fai agora", dijo.

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