El incremento en el canon por el monte solicitado por los comuneros no convence a las pizarreras
Las palabras más utilizadas ayer al referirse a las partes implicadas en el conflicto por el arrendamiento del monte a varias pizarreras fueron "preocupación", "sensatez" y "diálogo". El problema preocupa en el Concello de Carballeda de Valdeorras, máxime conociendo el temor de un sector de los empleados a que pueda perderse empleo. "Me uno a esa preocupación de los trabajadores. El sector de la pizarra es la única salida laboral que tendremos en varias décadas. No matemos al sector que alimenta económicamente a la comarca. ¡Ojalá, el sentido común posibilite no poner en peligro el sector!", dijo la alcaldesa, María del Carmen González Quintela.
El problema surgió por la falta de acuerdo en torno al arrendamiento de terrenos a la Comunidad de Montes Vecinales de Mano Común de Portela y Trigal. Los comuneros reclaman un alquiler que varía entre más de 1.000, 2.400 o 5.000 euros por hectárea y año, según la fuente consultada: vecinos y empresas. Hace un año, fueron cuatro las productoras de pizarra implicadas, hoy falta una, Emeritasa, que cerró hace meses. El mayor temor del sector es que el problema se extienda.
El secretario de acción sindical UGT-Ourense/Valdeorras/Verín, José Paradelo Arias, mostró su preocupación en un comunicado: "Tememos que os principais damnificados de todo este proceso acaben sendo os traballadores das empresas afectadas", explicó. También invitó a las partes "á chegada dun acordo razoable". A su vez, fuentes empresariales se limitaron a calificar de "delicado" el problema.
Dos juntas rectores pleitean por la dirección de los montes de Portela y Trigal, con el contrato de alquiler del monte como telón de fondo. José Antonio Iglesias Franco es representante legal de una de ellas, de la última. Ayer descartó la temida pérdida de empleos: "Es mentira", dijo. "Los intereses del pueblo son los mismos. Soy partidario de resolver los temas hablando", añadió.
