La tradición del Corpus sigue viva en Valdeorras

photo_camera La procesión del Corpus volvió a recorrer las calles del casco antiguo de O Barco, en el que prácticamente fueron dos zonas las que mantuvieron la tradición de las alfombras florales. Fueron confeccionadas por iniciativa de vecinos de la villa y la parroquia buscando evitar su desaparición.
Las alfombras florales embellecieron las calles de O Barco y A Veiga

Los barquenses pudieron contemplar nuevamente las alfombras florales del día del Corpus Christi, confeccionadas en el casco antiguo de la villa. Sus creadores, los vecinos y la parroquia, desarrollaron su labor bajo la constante amenaza de una lluvia que no comenzó a caer con fuerza hasta el final de la procesión, ante la iglesia de San Mauro.

Fueron casi unas 40 personas las que, a las 6,00 horas de ayer, se echaron a la calle para evitar la pérdida de la tradición y vencieron a las gotas que cayeron en ciertos momentos de la mañana. Su esfuerzo logró que la procesión recorriese una calle de San Mauro decorada como cualquier mañana del Corpus, anterior a la pandemia, finalizando en la plaza y ante el templo dedicados al mismo santo.

En la confección de las alfombras fueron utilizados los elementos habituales, comenzando por los pétalos de flor y continuando por la sal, el serrín o las limaduras de metal, algunos de ellos embrellecidos previamente con distintos colores.

Los actos religiosos comenzaron con la misa en la iglesia de Santa Rita, cuyo final supuso el inicio de una procesión que recorrió las calles Balorca y Profesor Eloy Mira antes de salir a la avenida de Manuel Quiroga. Aquí, no faltó el pequeño altar que en esta festividad colocan los vecinos en el bajo de un edificio, continuando un itinerario que llevó a los asistentes por las calles de San Roque y Real antes de acceder a la plaza de San Mauro por la calle del mismo nombre.

Abrieron la procesión los doce niños de la Primera Comunión, que dieron paso a la custodia transportada bajo palio por el cura párroco, Jesús Álvarez, siguiendo a continuación los fieles. El sacerdote dio por finalizados los actos ante la iglesia de San Mauro resaltando la continuidad de una tradición que amenazan la pérdida de población y la edad avanzada de muchos vecinos del casco viejo.

Los vecinos de A Veiga también apuestan por la tradición de las alfombras florales propias de esta festividad y embellecieron varios puntos de la capitalidad municipal.

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