CRÓNICA

Las vacaciones resucitan la aldea bolesa de Regueira

photo_camera A sus 75 años, Luisa Alfonso Vázquez, es la única habitante de Regueira (O Bolo).

La llegada de los emigrantes durante el verano permite que la única habitante del pueblo deje de estar sola y pase a estar acompañada por medio centenar de personas.

La población de la aldea de Regueira (O Bolo) se reduce a un único habitante. Desde hace tres meses, cuando falleció la otra vecina del pueblo, Luisa Alfonso Vázquez (75 años) vive sola en el pueblo. Las visitas de su hijo, que reside en O Barco, y el paso de los vendedores de pan, congelados y pescado es prácticamente su único contacto con otros seres humanos durante casi todo el año. Pero no siempre es así. Con la llegada del verano el pueblo vuelve a la vida y recupera la actividad que tuvo en otros tiempos. El regreso de los emigrantes dispara el número de vecinos hasta el medio centenar.

Luisa Alfonso dice estar bien siendo la única habitante del pueblo. "Non son de moita rúa, mais ben son de andar ao meu aire", comenta. Aficionada a pasear, pasa las horas entre las caminatas, la huerta, sus animales y una televisión que "fai moita compañía", según dice. Colgando del cuello lleva un pequeño timbre que le entregó el Concello de O Bolo y que, solo con pulsarlo, moviliza a los servicios sanitarios.

El aparato no le es tan necesario en verano. El retorno de los emigrantes devuelve la vida a la aldea. La mayoría llega desde Madrid, donde abrieron tintorerías, pero también hay de Barcelona. Lo comentó Venancio Rodríguez. Antes, asegura: "Esto no se olvida. Gústame o campo". Se dedica a trabajar las tierras en vacaciones, aunque sabe que muchos productos se perderán si nadie los recoge. A José Manuel Rodríguez también le gusta la huerta y arreglar la casa.

A Regueira también llegan jóvenes, aunque estos prefieren vivir la noche de Viana, A Rúa y O Barco y dormir durante el día.

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