El diseñador Fernando Gutiérrez ha sido el encargado de crear las nuevas etiquetas, presentadas ayer, que vestirán las botellas de la bodega Valdesil de la denominación de origen Valdeorras. Con ellas conmemoran su vigésimo aniversario. De madre ourensana, aunque afincado en Londres, Gutiérrez quiso evolucionar y reinventar lo hecho hasta el momento, 'manteniendo una etiqueta en la que predomina el color blanco' y convirtiendo los suelos pizarrosos de la comarca en los protagonistas.
'Quería buscar una manera distinta de comunicar un vino, intentar ir contracorriente', explicó el diseñador, algo que siempre supone un riesgo, pero que, en este caso, 'ha sido fruto de una investigación y tiene un porqué'.
Estas etiquetas se convierten en la 'portada' de la botella, en palabras de Fernando Gutiérrez, quien considera que el producto debe ser, ante todo, memorable, despertando sensaciones. Si también tuviese que ponerle un titular a estos vinos escogería 'armonía, energía y visión'. Durante el trabajo previo, recorrió los viñedos y conoció a los productores, una experiencia 'doblemente emocionante' por sus orígenes gallegos.
El resultado, seis etiquetas para las diferentes marcas de vinos (con una producción de en torno a las 250.000 botellas) elaboradas en una bodega que su gerente, Guillermo Prada, define como 'familiar', pero que ha llegado a posicionar su producto en 20 países. Ante el minifundio de las explotaciones gallegas, Valdesil orienta su competitividad hacia los elementos diferenciales, como las variedades autóctonas (godello y mencía), el suelo pizarroso o el clima que hacen genuinos sus vinos.
Apuesta por la tradición, cuentan con su viñedo Pedrouzos, en el municipio de Vilamartín de Valdeorras, plantado a finales del siglo XIX, y por una viticultura integrada en el ecosistema.
Estas etiquetas se convierten en la 'portada' de la botella, en palabras de Fernando Gutiérrez, quien considera que el producto debe ser, ante todo, memorable, despertando sensaciones. Si también tuviese que ponerle un titular a estos vinos escogería 'armonía, energía y visión'. Durante el trabajo previo, recorrió los viñedos y conoció a los productores, una experiencia 'doblemente emocionante' por sus orígenes gallegos.
El resultado, seis etiquetas para las diferentes marcas de vinos (con una producción de en torno a las 250.000 botellas) elaboradas en una bodega que su gerente, Guillermo Prada, define como 'familiar', pero que ha llegado a posicionar su producto en 20 países. Ante el minifundio de las explotaciones gallegas, Valdesil orienta su competitividad hacia los elementos diferenciales, como las variedades autóctonas (godello y mencía), el suelo pizarroso o el clima que hacen genuinos sus vinos.
Apuesta por la tradición, cuentan con su viñedo Pedrouzos, en el municipio de Vilamartín de Valdeorras, plantado a finales del siglo XIX, y por una viticultura integrada en el ecosistema.
