Dará un plazo de tres meses a los pueblos para que las cedan al Concello o cumplan la normativa
Un bando informará a los vecinos de 10 pueblos de Vilamartín acerca de la obligación de legalizar las captaciones de sus traídas de agua. En estos momentos, los técnicos municipales redactan el texto del documento, según anunció ayer el alcalde socialista, Enrique Álvarez Barreiro. Explicó que las primeras multas que la Confederación Hidrográfica do Miño-Sil tramitó por este motivo obligaron al equipo de gobierno a tomar la decisión de reclamar una solución a los vecinos.
"Imos transmitilo para que tódolos pobos se den por enterados. Hai que legalizar as captacións. Deben formar comunidades de veciños para que estas as xestionen", afirmó el regidor. El alcalde explicó que el Concello fijará un plazo para gestionar los permisos correspondientes antes de que transcurra un periodo que está por determinar, pero que podría ser de tres meses.
El problema del agua de los núcleos del rural de Vilamartín trae de cabeza al equipo de gobierno, que se encuentra con serias reticencias de los vecinos a asumir las obligaciones que lleva aparejado el servicio del abastecimiento domiciliario, como su legalización o la cloración. A su alcance tienen una segunda opción, que es dejar en las manos del Concello, organismo sobre el que recaerá cualquier responsabilidad si ocurre algún accidente.
Esta decisión ya la tomaron cuatro pueblos, siendo el último en incorporarse Valencia do Sil. Sus vecinos colocaron los contadores el pasado mes de enero, tal y como habían acordado hace años. En todo caso, pagarán menos de 10 euros si el consumo no supera los 30 metros cúbicos, que es el habitual en cualquier vivienda. Los otros tres núcleos, de los 14 del Concello, que regularizaron sus capataciones son Vilamartín, Arcos y Valdegodos.
"No Concello xa empezamos a pagar multas por non ter legalizadas as captacións", explicó el alcalde Enrique Álvarez, que lleva meses detrás de una solución definitiva al problema.
