Vilarmeao o Vilardemeao
Vilarmeau, Vilarmeao o Vilardemeao. Estos son los tres nombres de un pequeño pueblo de 20 habitantes de Viana. Los vecinos dicen que el nombre de su localidad es Vilarmeau pero el Concello les instaló un nuevo cartel en el que indica Vilardemeao. Los lugareños están indignados porque la mayoría de la gente se burla de ellos, pues lo asemejan con orinar haciendo bromas que no les gustan. Piden al Ayuntamiento que respete el no
“¿Mexades moito neste pobo?”. Esta es la pregunta que más se escucha últimamente en Vilarmeau, un pequeño pueblo de Viana de unos 20 habitantes. La razón es que el Concello ha colocado un cartel a la entrada de la villa que indica que ahora, los lugareños, viven en Vilardemeao. Las mofas a sus habitantes por parte de visitantes y otros vianeses les han indignado de tal manera que exigen al Ayuntamiento de Viana que corrija el error.
Pero el problema de estos lugareños no acaba aquí. Afirman que nadie tiene claro cómo es el nombre correcto de su pueblo. Para unos, es Vilarmeo, tal y como aparece en la mayoría de los mapas y en el cartel de entrada y salida desde hace más de 40 años. Por su parte, el Concello, lo denomina Vilardemeao. Los vecinos, sin embargo, afirman que el nombre correcto de su pueblo es Vilarmeau. Por ello quieren que por fin, y después de tantos años, llamen al pueblo por su nombre.
La situación no deja de ser una anécdota graciosa, al menos así se lo toman los habitantes de la localidad, que en el mes de agosto, sobrepasan los 100. Todos, entre risas, afirman que están cansados de que les digan “si mean mucho” o si “en el pueblo hacen mucho pis”, tal y como comentan algunos de ellos.
Reivindicaciones
No obstante, como indicaron, ésta es la gota que colma el vaso. Al margen de las risas, explican que el Concello de Viana “los tiene abandonados”. No es la primera vez que le han pedido al alcalde de Viana, Andrés Montesinos, que les cambie de municipio. “No queremos formar parte de este Ayuntamiento. Si nos dejaran cambiar, lo haríamos sin pensarlo dos veces ahora mismo”, aclaraba una lugareña mientras otra indicaba: “en Viana no nos quieren”.
Afirman que el Concello los “discrimina” y se quejan de la decisión de prohibir la venta ambulante en su pueblo. Los camiones de la fruta, de la ropa, de los zapatos o del pescado, antes frecuentes por allí, ya no pasan. Tan sólo el panadero se acerca al pueblo, eso si, porque deja la mercancía en una pequeña tienda “que no vende ni productos frescos, ni ropa, ni fruta ni nada de eso”.
Afirman que la gente mayor de la zona no puede desplazarse para comprar y con esta medida, no pueden acceder a determinadas mercancías si no es desplazándose a Viana, con las dificultades que les acarrea, al no tener medios para ello.
Pero el problema de estos lugareños no acaba aquí. Afirman que nadie tiene claro cómo es el nombre correcto de su pueblo. Para unos, es Vilarmeo, tal y como aparece en la mayoría de los mapas y en el cartel de entrada y salida desde hace más de 40 años. Por su parte, el Concello, lo denomina Vilardemeao. Los vecinos, sin embargo, afirman que el nombre correcto de su pueblo es Vilarmeau. Por ello quieren que por fin, y después de tantos años, llamen al pueblo por su nombre.
La situación no deja de ser una anécdota graciosa, al menos así se lo toman los habitantes de la localidad, que en el mes de agosto, sobrepasan los 100. Todos, entre risas, afirman que están cansados de que les digan “si mean mucho” o si “en el pueblo hacen mucho pis”, tal y como comentan algunos de ellos.
Reivindicaciones
No obstante, como indicaron, ésta es la gota que colma el vaso. Al margen de las risas, explican que el Concello de Viana “los tiene abandonados”. No es la primera vez que le han pedido al alcalde de Viana, Andrés Montesinos, que les cambie de municipio. “No queremos formar parte de este Ayuntamiento. Si nos dejaran cambiar, lo haríamos sin pensarlo dos veces ahora mismo”, aclaraba una lugareña mientras otra indicaba: “en Viana no nos quieren”.
Afirman que el Concello los “discrimina” y se quejan de la decisión de prohibir la venta ambulante en su pueblo. Los camiones de la fruta, de la ropa, de los zapatos o del pescado, antes frecuentes por allí, ya no pasan. Tan sólo el panadero se acerca al pueblo, eso si, porque deja la mercancía en una pequeña tienda “que no vende ni productos frescos, ni ropa, ni fruta ni nada de eso”.
Afirman que la gente mayor de la zona no puede desplazarse para comprar y con esta medida, no pueden acceder a determinadas mercancías si no es desplazándose a Viana, con las dificultades que les acarrea, al no tener medios para ello.
