REPORTAJE

Noche en vela en Celanova

18.08.15.CELANOVA.MOSTEIRO.VISITA.TEATRALIZADA.
photo_camera Las antiguas cocinas, uno de los espacios que se pudo visitar ayer con la teatralización.

Celanova ha dado cuenta, una vez más, del enorme potencial turístico de su patrimonio monumental. Un relato bien hilado, cirios y voluntarios implicados han permitido disfrutar de una visita única por el cenobio de San Salvador

San Rosendo, su hermano Froila o la madre de ambos, Ilduara, han vuelto a la vida esta semana en Celanova con motivo de la representación teatral "Na noite dos tempos", diseñada y protagonizada por exalumnos del taller de empleo "San Rosendo.Segue o camiño...". Una visita guiada nocturna por el cenobio celanovés que ha colgado el cartel de completo en los cuatro pases previstos para este mes de agosto.

La iniciativa surgió como una práctica del taller desarrollado conjuntamente entre los concellos de Celanova, Bande y Verea, pero la respuesta de público en las sesiones celebradas a principios de año y la implicación de los alumnos con el proyecto, ha permitido la celebración de una nueva edición de estas visitas que "é unha maneira diferente de coñecer o Mosteiro, onde os frades van contando a historia de Celanova e do mundo monacal", explica Mari González, una de las integrantes de la organización.

Vecinos de Celanova y emigrantes que apuran sus últimos días de vacaciones en la villa, pero también visitantes llegados desde Ourense, Carballiño o Vigo participaban ayer en las últimas sesiones que, desde el Concello, esperan que tengan continuidad en un futuro próximo.

Disfrutar de la villa

El olor a vela y la música gregoriana, en un cenobio únicamente iluminado por los cirios y los últimos rayos de sol en la primera de las sesiones, propició el viaje en el tiempo hasta el siglo X. A partir de ahí, el andar de los monjes que habitaron el Monasterio guiaron a los visitantes por un relato sobre la historia de la villa, desde que San Rosendo tiró una piedra desde el alto del Monte da Neve para marcar la ubicación exacta donde construiría un cenobio hasta la desamortización del siglo XIX, que supuso el uso público del cenobio, pasando por la historia de los monjes que lo habitaron, los usos de las diferentes estancias y la construcción de la iglesia, una joya barroca de Melchor de Velasco. Precisamente el templo fue el punto final de la visita, interrumpido desde la Praza Maior por la voz, grave y satírica, de Manuel Curros Enríquez que invitaba a los presentes "saír á praza para disfrutar da vila, da súa gastronomía e da Casa dos Poetas", en un guiño a su casa natal.

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