A la espera de completar la plantilla del nuevo COB, la peculiar situación del club obligará a un cambio completo de mentalidad
No ha terminado el verano más rocambolesco de la historia del COB y comienza una nueva temporada para un club en ropa de verano, inmerso en un cambio de 'chip', cuyo modelo debe distribuir en serie a todos sus aficionados.
Porque, evidentemente, el nuevo equipo no apunta al excelente y batidor de marcas del año pasado -siempre nos quedarán Rivero y Rejón- su objetivo se desconoce y su futuro es incierto, pero este primer partido -toda una faena - de la Copa Galicia no pasará como una pesadilla de verano.
Fuera de forma, sí. Faltos de toque de muñeca y ritmo, también. Irregulares en el tiro, por supuesto. Pero con orgullo y una idea de equipo que puso en aprietos a un Coruña mucho más rodado en todos los aspectos, si bien después su técnico se quejó a los medios de sufrir una saturación de partidos.
Uno por defecto. Otro por exceso. Los continuos arreones del Coruña fueron encajados por un COB con deuda de oxígeno. Siempre con la sensación de ir al límite, pero sin terminar de morir. Así hasta casi el final. A sólo tres puntos por debajo llegó a estar el equipo de Gonzalo García en los últimos minutos. Todo un logro, contando con las circunstancias de sus jugadores.
Pinceladas de los recién llegados al Pazo. Kapelan, pasaporte bosnio con permiso de ocho meses para tirar sin preguntar. Un ramillete de jóvenes jugadores que gustarán a los aficionados más pacientes: Ander Martínez, Jonathan Barreiro y Pedro Fernández. A Rowley se le espera cerca del tablero.
También hay que apuntar que, en ausencia de Pedro Rivero, tanto Juan Ballesta como Martín Rodríguez desempeñaron el papel de base local con algo más que dignidad. Intensos, atrevidos y sin apenas errores de novato. En resumen, debut mucho mejor de lo esperado, dada la situación y el rival.
Volver a empezar
El recuerdo de la noche del 2 de junio está presente y cualquier comparación es injusta. Poco público en la grada, con la ciudad más pendiente de la vendimia y los últimos rayos de sol. Por suerte, siempre nos quedará 'Dj' Tibu, capaz de resucitar un cementerio. Repetir la canción 'Volver a empezar', todo un guiño a lo que nos espera.
