Admiradora del articulista señor don Julio Dorado y seguidora incondicional, me he sorprendido una vez más al leer su artículo del pasado domingo día 9 -"Veremos"- pero esta vez no solo por su ejemplar y culto estilo de escritura de siempre, por sus expresiones ocurrentes y elocuentes, por su forma de jugar con las palabras y su sarcasmo, esta vez también por lo que reseñaba en su último párrafo.
Con el permiso, suplico, del ESCRITOR (no puedo menos que ponerlo en letras mayúsculas), voy a cometer el atrevimiento de añadir unas palabras a una de sus tantas frases magistrales en ese artículo: -"En mi mañana abunda todavía mucho ayer para contaros, para indignaros, para aburriros"-, para ilustrarnos, para instruirnos, para alegrarnos, para hacernos sonreír, para hacernos reír a carcajadas, para hacernos soñar, para hacernos pensar, para emocionarnos y sorprendernos, para tanta vida, digo yo... Dicen que las comparaciones son odiosas, pero a veces al leer a otros articulistas es imposible no hacerlas.
Mi total admiración al señor Dorado y enhorabuena al periódico por contar con tan sublime articulista. Gracias literato, gracias por hacernos partícipes de su obra maestra. Espero en ascuas el próximo artículo del "acariciador de palabras".