‘Un hombre conciliador y dialogante', según la Iglesia

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El propio obispo, monseñor Leonardo Lemos, se vio "dolorosamente sorprendido por la noticia", tal como aseguraba a La Región

Los sacerdotes de la Diócesis de Ourense recibieron la noticia de la muerte de Adolfo Enríquez Méndez con "consternación y tristeza". La muerte violenta de un hombre "dialogante y conciliador" no entra en sus cabezas. De hecho, están convencidos de que es imposible que el sacerdote fallecido se hubiera enfrentado a sus asaltantes. "Adolfo es el típico hombre bueno por naturaleza, conciliador y hombre de paz", asegura Jorge Estévez, delegado de Medios de Comunicación del Obispado.

El propio obispo, monseñor Leonardo Lemos, se vio "dolorosamente sorprendido por la noticia", tal como aseguraba a La Región. A la espera de que los encargados de la investigación esclarezcan qué ha sucedido, "sólo cabe esperar y rezar por él", tal como estuvo haciendo desde el momento en que conoció el fallecimiento del párroco de Vilanova dos Infantes.

Jorge Estévez también traslada la sensación de pesadumbre a los propios fieles de Enríquez Méndez. "La gente de sus parroquias y de los cursos de cristiandad le querían mucho porque era entrañable, cariñoso y muy cercano", asegura el portavoz del Obispado.

Los vecinos del lugar lo definen como "un hombre tranquilo, que ayudaba a los demás" y así lo recordaba también el párroco de Celanova y amigo personal del fallecido, César Iglesias Grande. "El ya estaba aquí cuando llegué a Celanova, hace más de cuatro décadas... No se entiende lo que ha sucedido, era un buen hombre. Nunca tenía un no para nadie", recordaba Iglesias Grande.

Precisamente su amistad con el fallecido le motivó, hace algún tiempo, el ofrecerle trasladarse a vivir a su vivienda. "Después de la muerte de su hermano, que vivía aquí con él, se le notó un bajón. Yo ya le decía que no podía estar aquí, solo por salud y también por seguridad. Y mismo le ofrecí que se trasladara a vivir a Celanova conmigo, pero él no quiso", lamentaba ayer César Iglesias.

Una reiterada petición que también se la habían hecho en varias ocasiones sus hermanos. "La familia se lo dijo varias veces, y estábamos todos deseando que se viniera con nosotros. Tiene hermanos en Ourense y en Xinzo . Pero bueno, esta era su casa....", confirmó su sobrino José Manuel Enríquez.

Colaborador turístico

El alcalde del Concello de Celanova, José Luis Ferro Iglesias, fue de los primeros en llegar al núcleo de Vilanova al poco tiempo de conocer el fatal desenlace, y coincidida, con vecinos y compañeros en destacar la bondad de Enríquez Méndez, que "era una persona muy generosa y muy querida".

El regidor confesó sentirse muy "dolido" por el hallazgo, pues tenía una relación "personal y cercana" con el párroco de Vilanova. Y es que Adolfo Enríquez, además de ser impulsor de la devoción a la diminuta Virxe do Cristal, que cada 15 de septiembre protagonizaba una de las romerías de mayor devoción de la provincia, y colaboró "activamente" con el Ayuntamiento celanovés atendiendo amablemente a las visitas turísticas que grupos organizados y mismo espontáneos hacían a la parroquia para conocer "esa pequeña joya que es la Virgen del Cristal".

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