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La metamorfosis de la oficina

Teletrabajo

Los cambios tecnológicos abordados nos han permitido superar niveles de productividad anteriores a la pandemia

Asistimos desde marzo a una puesta en escena express del trabajo en remoto. Gran parte del teletrabajo que estamos desarrollando en estos meses ha venido para quedarse. La vacuna contra la covid-19, estoy seguro de que aniquilará el mal y nos permitirá vivir en un entorno más seguro, pero no destruirá la metamorfosis empresarial que vivimos.

Se han modificado hábitos y espacios de trabajo y el menor uso de las oficinas tradicionales hará que estos espacios se transformen en espacios de reuniones, coordinación de estrategias y trabajo en equipo. El entorno en el que desarrollamos nuestro trabajo influye en nuestra productividad. Durante las primeras semanas del duro confinamiento a muchos nos fue difícil adaptarnos a los nuevos entornos y conseguir mantener la concentración y la productividad anterior. Pero los cambios tecnológicos abordados y las lecciones que hemos recibido de los nativos digitales han marcado un ritmo vertiginoso en la transformación digital de las empresas que en pocas semanas nos ha permitido conseguir y superar los niveles de productividad anteriores a la pandemia.

Por obligación de mantener la salud de los trabajadores, siguiendo las recomendaciones sanitarias, muchas empresas hemos determinado la necesidad del trabajo en remoto y esto, a su vez, nos ha ayudado a implantar todas las herramientas, servicios y dispositivos en nuestro trabajo diario creando verdaderos digital workplaces. En nuestra organización, llegamos hace muchos años a la convicción de que el puesto de trabajo no está donde tengas tu mesa o tu asiento, sino que está donde tú estés. Pero para que el trabajo en remoto funcione es necesario promover una cultura de trabajo diferente, con flujos de información mucho más abiertos y espacios colaborativos digitales con las tecnologías adecuadas que nos permitan recrear las condiciones de trabajo y conectarnos con los compañeros geográficamente dispersos.

Esta metamorfosis de la forma de trabajar, y de consumir, está generando un cambio radical en las oficinas físicas. Si añadimos que la mayoría de las oficinas, en la situación sanitaria actual, solo pueden albergar con seguridad a entre el 30 % y el 40% del personal, muchas empresas nos preguntamos si a partir de ahora será necesario que una empresa cuente con una oficina para trabajar. Es cierto que lo presencial ha quedado tocado por lo digital y que el teletrabajo ha llevado la jornada laboral a los hogares con la idea de una aparente comodidad para el trabajador. Sin embargo, el roce laboral, una comida de negocios o una simple conversación de café son espacios físicos y temporales en los que se comparten emociones, generan confianza y pueden ser mucho más productivos que cientos de herramientas digitales juntas.

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