La primera ola de covid-19 dejó varias lecciones en toda España. Una de las más evidentes, la falta de coordinación entre los centros sanitarios y las residencias de mayores. Con el objetivo de cambiar la tónica y adaptarse a la actual situación de vigilancia epidemiológica, el área sanitaria de Ourense pilotó una nueva forma de trabajar, que tras un periodo de formación, ya está en marcha en 65 residencias y viviendas comunitarias pequeñas –las de menos de 40 usuarios– públicas y privadas, que son las que no tienen personal médico en sus instalaciones.
Actualmente, estos centros toman cada mañana la temperatura, la saturación de oxígeno y realizan una pequeña encuesta de tres preguntas sobre problemas respiratorios. De forma instantánea, los cuidadores de cada centro vuelcan los resultados en la plataforma TELEA –de asistencia domiciliaria–. Acto seguido, personal de enfermería del centro de salud monitoriza los resultados todas las mañanas. En caso de que alguno de los valores se considere anómalo, el personal de los centros tiene instrucciones de aislar inmediatamente a los sospechosos.
Para ello, se ha realizado durante todo el mes de julio una formación desde la gerencia, impartida por parte de un equipo de Enfermería, en la que participaron 94 cuidadores de los 65 centros sociosanitarios que no tienen personal sanitario propio.
"Desde el 10 de julio, empezamos el pilotaje en 14 residencias y luego las extendimos al resto. Ourense fue piloto para todo Galicia, ahora están empezando el resto de áreas sanitarias", explica Josefa Rodríguez Araújo, subdirectora de Enfermería de Atención Primaria del área sanitaria de Ourense.
