Opinión

Borrachera pública

¿Quién no ha bebido alcohol en alguna ocasión? Es verdad. ¿Quién no ha hecho de las suyas en sus años jóvenes y en más de una ocasión? Cierto también.Son chavales, tienen que divertirse. Sí, faltaría más. Pero ninguno de esos argumentos sirve para solapar la irresponsabilidad social que supone convertir el botellón en una rutina plenamente integrada y aceptada. Ningún político ni, por supuesto, ningún padre debe hacer la vista gorda ante una práctica de evidente riesgo. Es mentira ese argumento de no le hacen daño a nadie. Se lo hacen, como mínimo, a sí mismos. Con la complicidad de los adultos. El botellón, alcohol barato y por litros, es una puerta de entrada hacia una adicción peligrosa. ¿Puede una ciudad ver como sus jóvenes se citan para emborracharse en público y seguir mirando para otro lado?

Te puede interesar