Opinión

El ejemplo de letta

En una carta publicada en el diario turinés 'La Stampa', el primer ministro italiano, Enrico Letta, pedía ayer disculpas a los italianos que se han visto o se ven obligados a emigrar por la falta de oportunidades en el suyo y lo hace en nombre de una política que durante años, según él, ha eludido sus responsabilidades. Lo dice el primer ministro de un país con una tasa de paro juvenil diez puntos por debajo de la española y que, además, reconoce que cuando a generaciones enteras se les arrancan la esperanza y la confianza no hay coartada o disociación personal y política que aguante. Aquí, el Gobierno Rajoy opta por lo contrario, en éste y en muchos otros asuntos, y cuando no apela al lenguaje para intentar disfrazar la realidad (su famosa movilidad exterior) expone como un logro conseguir que otro país contrate a nuestros jóvenes mejor formados en lo que parece su única alternativa para atajar el paro.

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