Opinión

Gestionar la mentira

El paro y la corrupción son, por este orden, las principales preocupaciones de los españoles, cada vez más desconfiados de sus políticos, según refleja la última encuesta del CIS. Completamente de acuerdo, pero yo añadiría a esas preocupaciones la indignación y el desvelo que producen la implantación de la mentira como modelo de gestión. Los malos gestores se aferran al engaño para ocultar errores y carencias. La crisis ha institucionalizado esta vieja práctica. La ha metido en la agenda de presidentes, ministros, conselleiros, alcaldes, concejales. Todos los días. Hoy también, y pongo dos ejemplos:

1/Feijóo se escaquea en el escándalo de las cajas gallegas. Él, que se retrató, en foto cómplice y triunfal, con los antiguos gestores de ambas entidades, dice que él no sabía, que la culpa es del bipartito, del Banco de España y del sursuncorda.

2/Fomento está paralizando la construcción del AVE gallego. Hace sólo unos días lo negaba tajantemente.

Son solo dos ejemplos del día. Espeluznates los dos, porque no hay nada peor que una administración mentirosa.

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