Opinión

Macron pone a Isabel Borne al frente del nuevo y continuista Gobierno de Francia

Desde que obtuvo el refrendo para el segundo mandato, los rumores y las especulaciones se multiplicaron tratando de adivinar quién sería el primer ministro de su gobierno. El suspense duró solo 15 días y Macron puso fin a las especulaciones nombrando a Isabel Borne para ocupar el palacio de Matignon como jefa del gobierno. Es la segunda mujer que ocupa este cargo en la V República. La primera, hace 31años, la nombró Mitterrand. Fue Edith Cresson que duró en el cargo 18 meses. Isabel Borne tiene 61 años y, a pesar de haber sido titular al frente de tres ministerios está considerada como una técnica más que como política. Es ingeniera y proviene de la izquierda socialista, aunque ahora pertenece al partido de Macron “En Marcha”. Trabajó en el gabinete de Segolene Royal en el ministerio de Ecología y con el primer ministro, el socialista Lionel Jospin. Con Macron estuvo al frente del ministerio de Transportes, del de Transición Ecológica y del de Trabajo. Su balance como ministra de trabajo dejó un saldo muy positivo en la creación de empleo, en la protección a los desempleados y en la calidad laboral.

Tiene fama de ser una trabajadora infatigable y de estudiarse los dosieres hasta las comas. A pesar de todo lo que acabo de escribir no es una persona que sobresalga por su peso político. No ha participado nunca en elecciones y por eso nunca ha sido elegida para un cargo, llegó a ellos por designación. Nunca tratará de hacerle sombra a Macron, ni lo intentará. No cabe duda que este detalle, influyó en su nombramiento. Macron eligió un perfil que proviniendo de la izquierda no molestara a la derecha, aunque estuviera muy ligada a las cuestiones sociales y a la lucha en favor del medio ambiente, sin olvidar las apuestas productivas. El presidente la ha elegido para enviar un mensaje al electorado de izquierdas en las próximas elecciones a la Asamblea Nacional que tendrán lugar el próximo mes de junio. Muy pronto. Ahí se jugará ser elegida por primera vez. Si no resulta elegida tendrá que renunciar como primera ministra. Se presenta por el distrito sexto de Calvados, pero no solo tendrá que ganar su escaño sino que debe sostener y coordinar el proceso electoral para que Macron pueda gobernar sin sobresaltos, ni cohabitar con el representante de otra fuerza política inquilina de Matignon.

Isabel Borne en el discurso de su toma de posesión y en declaraciones posteriores dejó claro que tiene muy asumido que las políticas públicas se deben construir con el diálogo. Va más allá, llegó a afirmar que las leyes que afecten al interés general, a la cohesión del país y a la igualdad de oportunidades deben elaborarse con la colaboración de los funcionarios intermedios de la administración.

Esta estajanovista del trabajo conoce muy bien los retorcidos laberintos de la administración. Esta mujer formada en la politécnica está llamada a hacer reformas complicadas. En general, la opinión pública expresada a través de los medios de comunicación la acogieron bien, el recibimiento que le hizo la oposición fue bastante adverso. La líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, manifestó que como primera ministra continuará haciendo su papel de saqueadora social y el líder de la izquierda extrema, Jean-Luc Melenchon, considera a la señora Borne como una figura señera del maltrato social a los ciudadanos.

Según se desprende de algunas declaraciones de Macron lo que inclinó la balanza a favor de la señora Borne fue su experiencia en la lucha contra la degradación del medio ambiente. Por esa vertiente el presidente la prefirió a otras mujeres como la exministra de Hollande Marisol Turraine o Audrey Azulay. En lo referente al cambio climático en el acto de toma de posesión dijo: “Hay que actuar pronto y con fuerza para frenar la destrucción del planeta”. Está claro que el nombramiento de la señora Borne no encarna la renovación, ni la novedad, podemos considerarlo como un nombramiento continuista.

Las elecciones que se celebrarán en primera vuelta el 12 de junio y el 19 en segunda vuelta, nos darán el verdadero peso político de la señora Borne. Aparte de su escaño en la Asamblea Nacional se juega su estancia como primera ministra en Matignon. La convivencia entre los dos máximos jefes del ejecutivo no será complicada. Borne sabe que Macron es el patrón y nunca jugará a hacerle sombra. En todo momento debe dejar claro su papel de colaboradora y ejecutiva de las decisiones de Macron.

Macron ha dejado claro sobre cuáles son los ejes a los que prestará más atención durante su mandato. Los concretó en estos apartados: “Ecología, sanidad, educación, pleno empleo, profundizar en la democracia, Europa y Seguridad”.

Con la señora Borne en Matignon, nadie duda que la batuta política seguirá en el Eliseo, en manos de Macron. Al primer ministro de Macron, Eduard Philippe le costó el puesto el empeño de querer imponer su propia música. La llegada de Castex a Matignon restauró un verdadero régimen presidencial que es lo que buscó De Gaulle en la Constitución de la V República. La señora Borne lo consolidará y su nombramiento implica una cierta dosis de audacia. El nombramiento de una mujer, en un ambiente tan machista como es la política francesa tiene una fuerte carga simbólica, por eso el primer ministro saliente Jean Castex habló que el nombramiento de su sucesora debía servir de estímulo a todas las mujeres para seguir rompiendo techos en todas las profesiones. Después de la estrepitosa caída de Ana Hidalgo en las primarias presidenciales, este nombramiento significa que Macron quiere alargar por la izquierda su base electoral, sin provocar a los votantes centristas. El representar una imagen demasiado técnica puede alejarla del ciudadano medio, una imagen que podrá corregir cuando debata con la oposición en la próxima Asamblea. Como estamos viendo estos primeros días, los ataques más fuertes le vendrán desde la extrema derecha de Marine Le Pen y de la extrema izquierda de Jean Luc Melenchon. Los debates en la Asamblea prometen ser musculosos y apasionantes.

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