Opinión

Se rompe la naturalidad de Finlandia

La primera ministra de Finlandia, Sanna Marín.
photo_camera La primera ministra de Finlandia, Sanna Marín.
Los principales ministerios como Finanzas, Interior, Justicia y Educación, tienen mujeres al frente y se nota

El día que Putin lanzó sus tanques y sus aviones sobre Ucrania, la conciencia y el pensamiento de los finlandeses basculó agitada por un terremoto de miedos que modificaron los sentimientos sobre su seguridad. Con la tenebrosa sombra de Putin en el Kremlin, los cinco millones y medio de finlandeses sintieron miedo e impotencia, se dieron cuenta de que Putin, un día soñando con ser Pedro el Grande se convertiría en un vulgar Ivan el Terrible y ellos podrían ser, sus primeras víctimas, no en vano tienen 1300 kilómetros de frontera con Rusia. La primera en sentir el miedo de encontrarse al borde del abismo fue la primera ministra Sanna Marín y por eso hace unos días desde el palacio de Kesaranta, la residencia oficial de los jefes de gobierno, anunció oficialmente la candidatura “histórica” de Finlandia a entrar en la OTAN. Desde la Segunda Guerra mundial, Finlandia era la imagen icónica de la neutralidad y del no alineamiento militar. Confiaban en que el tratado de amistad firmado entre Helsinki y Moscú en 1948 les ponía a salvo de cualquier veleidad de su poderoso vecino.

Desde el día en que Rusia invadió Ucrania todo ha cambiado, y los países limítrofes de la gran potencia, piensan que Putin es un tipo más de temer que de fiar. El zar del Kremlin amenazó con duras consecuencias políticas y militares en el caso de que Finlandia y Suecia se integrasen en la OTAN. Había que tener un cierto coraje para desafiar las amenazas del sátrapa, Sanna Marín lo tuvo. Desde el primer momento, Sanna Marín adoptó una posición de firmeza en contra de las decisiones del Kremlin y, sin dudarlo, envió armas a Zelenski, acusando a Putin de invasor sin escrúpulos

¿Quién es esta joven y bella finlandesa de la que hablamos? Podíamos decir que nos quedamos cortos diciendo que es, una mujer asombrosa a juzgar por su biografía. Asumió el cargo de primera ministra del Finlandia en diciembre de 2019, con solo 34 años, convirtiéndose en la jefa de gobierno más joven de la historia del país y de todo el planeta, desbancando a la neozelandesa, Jacinda Ardern.

Lo más llamativo de Sanna es su gran pulsión feminista. Sustenta su gobierno una coalición de cinco partidos, los cinco dirigidos por mujeres. De sus 18 ministros, diez son mujeres y ocho hombres. Los principales ministerios como Finanzas, Interior, Justicia y Educación tienen mujeres al frente y se nota. Una de las primeras leyes fue elevar el permiso maternal y paternal de 11 a 14 meses, con una estricta igualdad, 164 días cada uno.

Apenas instalada en el palacio de Kesaranta tuvo que afrontar los primeros casos de Covid y los afrontó con instantánea determinación. Cerró fronteras, escuelas, universidades, restaurantes e inundó el país de mascarillas y guantes sanitarios. Su gestión en la pandemia fue saludada como muy eficaz. Los números lo atestiguan, Finlandia fue uno de los países europeos con menos muertos por habitantes.

A Sanna Marín, ideológicamente, se la sitúa en el ala izquierda de su partido, el Socialdemócrata (SDP) que tiene en el santuario de sus líderes históricos, a Olof Palme. Sobresale su gestión gubernamental en materia de feminismo, de lucha firme contra el cambio climático y por la reducción de las desigualdades. Algunos días antes de la elevación al cargo, como ministra de Transportes se había pronunciado por la semana de cuatro días laborables y la jornada de seis horas. A los 21 se afilió al Partido socialista y muy pronto se distinguió por su fogosa habilidad dialéctica. A los 28 años fue elegida alcaldesa de Tempere, la tercera ciudad del país, tres años después, fue elegida diputada y a los 31 fue nombrada ministra de Transportes y Comunicaciones. Una ascensión deslumbrante. Como alcaldesa de Tempere adquirió una notoriedad nacional por su habilidad en coordinar y dirigir los más complejos debates.

Nació en una familia modesta y desestructurada, hija de un padre alcohólico y maltratador, cuando Sanna tenía un año se encontró en un hogar para mujeres, víctimas de la violencia, en donde se había refugiado su madre. Según confiesa fue educada en lo que califica como familia arco-iris. Su madre se divorció y rehízo su vida con una mujer. Es una apasionada de las redes sociales y las usa mucho en su carrera política. Tiene una hija de cuatro años, está casada con el futbolista Marcus Raikkonen. El día de su nombramiento escribió en su cuenta de Instagram: “En Finlandia una niña pobre puede hacer estudios universitarios y una joven vendedora puede convertirse en primera ministra.” Se licenció en la universidad de Tempere en Ciencias Administrativas. Las jóvenes finlandesas la tienen como referencia a la hora de seguir las modas. Sus blazers son muy imitados y su presencia en la redes es seguida con afirmaciones como: “Yo estoy con Sanna,”

Desde hace más de veinte años, Vladimir Putin basa su poder en la propaganda y en la fuerza de su sistema represivo. Según varios politólogos de los países vecinos, por primera vez desde su ascensión en el Kremlin, con la invasión de Ucrania Putin pone a su régimen y a su clan en peligro mortal. El oscuro y dogmático oficial de la KGB subió al poder a causa de la guerra de Chechenia en 1999. ¿Lo perderá a causa de la guerra de Ucrania, una guerra que él ha buscado, planificado y desatado?. Son muy numerosos los que afirman que esta invasión puede terminar en un cambio de régimen, pero en Moscú, no en Kiev como pretendía Putin. Una de las obsesiones del líder ruso era mantener a la OTAN lejos de sus fronteras y con la entrada de Suecia y Finlandia en la Alianza, los aviones y los tanques occidentales forman un anillo de hierro alrededor de Rusia. Putin estaba muy lejos de pensar que cuando lanzó el ataque iba a conseguir lo que quería evitar, la cohesión de Europa y Estados Unidos ante el desafío de Moscú. Este sobresalto inesperado está debilitando notablemente su régimen y con el tiempo podría provocar su caída.

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