Como todo en la vida, este año 2012 ha tenido cosas malas y buenas. A nivel económico lo malo ha sido que ha aumentado el paro, que algunos bancos están en quiebra técnica, que se ha reducido el sueldo a los funcionarios y a los particulares, que muchas empresas han desaparecido, han aumentado los impuestos y se ha reducido el consumo. Existen otras, aunque creo que estas son suficientes para tener una clara idea de la dura realidad.
Pero también hay cosas buenas. Se ha iniciado una profunda reforma estructural, aplazada indebidamente durante años y que por ello ahora es más dura; se está controlando el déficit público; al 90% de los bancos españoles los supervisará Europa; el saldo de la balanza de pagos es positivo (exportamos más que importamos, lo que no ocurría desde hace muchos años); ha habido un ligero incremento en la creación de pequeñas sociedades; se ha puesto límite a la capacidad de endeudamiento de las administraciones públicas; ha aumentado el turismo, lo cual demuestra que España se sigue viendo como un país atractivo y seguro, y últimamente parece que se ha frenado la fuga de capitales y que éstos están empezando a volver.
El estado del bienestar, a pesar de todos los pesares, se mantiene en un mínimo aceptable, aunque existan situaciones particulares sangrantes. Políticamente ha resurgido el problema del independentismo catalán (en realidad nunca desapareció) y tal vez el estado se vea abocado a hacer frente a un desafío en toda regla, que los independentistas perderán. Ha habido un incremento en la lucha contra la corrupción de toda clase, lo cual es muy bueno.
Pero como en la vida no todo es economía y política, hay que recordar que España nos dio una alegría cuando ganó el Europeo de fútbol. Y ya a nivel de Ourense, podemos destacar como bueno que el Claustro de San Francisco está restaurado, la autovía a Celanova concluida, el AVE a Madrid avanza, el Plan General de Ordenación Urbana de Ourense también avanza (fundamental para la economía de nuestra ciudad), el nuevo edificio de los juzgados de la capital progresa, Manzaneda está en vías de recuperación y, sobre todo, Ourense sigue siendo una ciudad muy agradable para vivir.
En fin? es mi pequeño balance. Les deseo un buen año 2013, que ha de ser el de la puesta en marcha de la maquinaria que permita la recuperación del empleo, porque ya no se puede aplazar más.
