Opinión

PAISAJE HUMANO DE ALDEA: EUGENIO PRIETO PÉREZ

La lista de los hombres que se hacen a sí mismo es digna de mención. Son modelos de tesón, esfuerzo y constancia, en un afán por romper o superar el entorno social, adverso, de su niñez. Pobreza, escasas oportunidades educativas, aislamiento, ausencia del cabeza de familia, son algunos de los factores que determinan la casi imposibilidad de romper el círculo social o familiar. A mediados del siglo pasado, la mejor salida en el campo rural gallego era el seminario o las colegiaturas de las órdenes o congregaciones religiosas. En la mayoría de los casos el muchacho era elegido, no elegía. La supuesta vocación hacia el sacerdocio era impuesta, asumida. Muchos se quedaron por el camino, volviendo al entorno social del que habían salido; otros, con mayor fortuna, les sirvió de trampolín para nuevas metas.


La historia social está llena de figuras destacables. Forma parte, en tierras norteamericanas, del llamado sueño americano (the American Dream). Ya en 1859, Frederick Douglass fijó el término The Self-Made Man ('hacerse uno mismo'), pero ya antes Benjamin Franklin, en su Autobiografía, diseñó su proceso. Hijo de un humilde fabricante de velas, logró alcanzar, a fuerza de trabajo y rectitud moral, preeminencia nacional y amasar una gran riqueza. No es la buena suerte, o la providencial oportunidad, arguye Douglas, más bien el gran esfuerzo, físico y mental: el querer llegar a ser la imagen mental que cada uno se forma, ya en la niñez. El caso más reciente sería el de Barack Obama, el primer presidente de color en ocupar la Casa Blanca en la historia de Estados Unidos. Y se podría decir lo mismo de Bill Clinton, o de Ronald Reagan y hasta del más lejano Harry S.Truman, que llegó a ser un destacado presidente sin estudios universitarios. Abraham Lincoln nació en un pequeña cabaña de madera, en medio de un bosque, situado en el estado de Kentucky.


Abundan las historias de aquellas figuras que desde un entorno familiar poco favorable han logrado fijar un nombre en la economía internacional. En mente, el caso de Amancio Ortega Gaona, y su gran cadena de tiendas Zara, o el mismo Adolfo Domínguez, la familia Barreiros, et alii. Sin menos resonancia, pero tan vez con el mismo tesón y fuerza de voluntad, destacan aquellas figuras que, salidas de humildes aldeas de la Ribeira Sacra, en concreto del Concello de Parada de Sil, han logrado destacar y fijar su nombre en sus respectivas profesiones.


Una vez más, aprovechando el día de las letras gallegas, la Corporación del Concello de Parada de Sil, al frente de Francisco Magide Bizarro, gran promotor de los valores humanos de sus paisanos, rinde homenaje a Eugenio Prieto Pérez, catedrático ya jubilado de Economía, en la sección de Matemática Financiera y de Inversión, de la Universidad Complutense de Madrid.


El profesor Prieto Pérez forma parte de la galería de personajes distinguidos, nacidos en el Concello de Parada de Sil, el mágico mirador de la Ribeira Sacra. Pasó su niñez en Chandrexa de Sil, y a los nueve años, ya en Ourense, continuó sus estudios hasta su salto a la Universidad Complutense donde, en 1969, obtuvo el grado de doctor. Su tesis doctoral fue evaluada con la máxima calificación. Su actividad docente se movió de la Escuela de Comercio de Sevilla, y ya catedrático universitario, a las Universidades de Valencia, Autónoma de Madrid y, finalmente, Universidad Complutense. Autor de libros y artículos de su especialidad, ha sido presidente del Instituto de Actuarios Españoles, vicepresidente de la International Actuarial Association, miembro del Registro Oficial de Auditores de Cuentas, director técnico de Unespa, y miembro de la Junta Consultiva de Seguros del Ministerio de Economía y Hacienda. Pertenece a varias asociaciones científicas y profesionales de su campo y es académico numerario de la Real Academia de Doctores de España. El profesor Eugenio Prieto Pérez ha sido reconocido con premios nacionales y europeos. Participó en comisiones de evaluación (premios Rey Juan Carlos de Economía, becas Juan March), y como conferenciante tanto en España como en el extranjero.


De nuevo, el profesor Eugenio Prieto Pérez es un caso ejemplar de quien, a base de inteligencia y tesón, aspiró y logró fijar su nombre en la labor docente y científica de su especialidad.


(Parada de Sil)

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