Opinión

EUFORIA, LA JUSTA

No consta que los servicios asistenciales hayan visto disminuida la presión de la necesidad durante los últimos días. Tampoco que los comerciantes hayan echado la casa por la ventana de la contratación en vísperas de rebajas ante la previsible avalancha de compradores que, aventados por la fiebre del consumo, quedan mal atendidos por falta de personal. Dudo que haya hosteleros que busquen en el antiguo Inem oxígeno laboral para situar detrás de la barra a más trabajadores ante la proliferación de nuevos clientes que se dejan caer por el bar o la cafetería para celebrar que la pesadilla de la crisis se evaporado.

Pero ha bajado el paro, también en Ourense. Eso es innegable. La corriente de la opinión pública baja saltarina cuando los datos son malos pero no despierta fácilmente entusiasmo cuando las cifras permiten enjugar las lágrimas. Forma parte de nuestra propensión un tanto sádica a ensalzar lo que nos hunde en vez de honrar lo que nos mantiene a flote. Pero hay cosas buenas, en serio. Ourense, tierra en perpetua crisis, todavía tiene a 29.674 ánimas en el purgatorio del desempleo, aunque son 1.260 menos que el mes de mayo. La agricultura (si algo queda) anota una bajada de 25 personas. La industria deja un saldo positivo de cien nuevos trabajadores y la construcción rescata 73 empleados de la ciénaga del paro. El sector servicios, nuestro quitapesares, arrastra 16.960 curritos en lista de espera, pero ya son 908 menos.

Leídos así los datos, la cosa da para descorchar una botella. Sin embargo, antes de coger el sacacorchos, hay que leer algunas frases subordinadas. Más de 160 trabajadores de T-Solar están más cerca de arreglar los papeles del desempleo que de ir a la fábrica a producir y los 150 trabajadores de Unitono, ubicada en el Parque Tecnolóxico, temen que sus vacaciones sean perpetuas. Son solo dos ejemplos, los más recientes, que nos trae la actualidad. Por otra parte, el Gobierno saca pecho por el incremento de autónomos pero la mayor parte de ellos se han dado de alta por la falta de empleo por cuenta ajena no por una repentina fiebre emprendedora.

Aun así el desempleo sigue bajando, no se sabe si hasta septiembre o más allá. Lo iremos viendo con el paso del tiempo. De momento, mucha prudencia. Y euforia, la justa. Si no, que se lo digan a los 17.067 perceptores del paro en Ourense que esperan como el santo advenimiento que sea día 10 para cobrar la prestación.

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