Opinión

Inodoro, incoloro, indoloro, insípido

Lunes, 4 - Las vocaciones a veces son tardías

A la política también se puede llegar como a un seminario de vocaciones tardías. Hay quien no oye "la llamada" hasta bien entrada la madurez. Esa dureza de oído les lleva a vivir descarriados, dando tumbos, hasta que de buena mañana, antes del café, alguien les señala y dice que sobre él edificará una alcaldía. Como hizo Jesús con San Pedro, pero referido a la Iglesia. En los programas de testimonios que se ofrecen en la tele siempre aparece alguien que confiesa haber vivido desnortado  hasta que la fe encarriló su vida. Son tan sinceras sus reflexiones y tan serena su explicación que dan ganas de mandarlo todo a paseo y seguir sus pasos. O afinar el oído a ver si se oye la llamada. Con la política, decía, pasa algo parecido. El periódico titulaba así una de sus noticias: El alcalde de San Xoan de Río deja el PSOE y se va al PP para "seguir crecendo". A lo mejor, no hizo falta la llamada de la fe, bastó con una llamada de teléfono. No todas las creencias enraízan de la misma manera. 

Martes, 5 - El debate está entre koala o armadillo 

No hay nada nuevo, no debemos esperar nada nuevo. Todo sucede con una precisión relojera. Mientras en el tablero político todos juegan pensando que sus movimientos son inocuos, la realidad sigue su paso, lenta, terca. Nada nuevo tras los datos del paro, salvo alguna cosa, que diría Rajoy. Nada nuevo salvo que el infortunio engorda mientras el personal está distraído en bobadas. Ourense también se sube al medallero de las provincias en las que más abierta está la herida de la Seguridad Social. Perder 1.147 afiliados en un solo mes es mucho perder, poco a juzgar por la reacción de la sociedad y sus representantes: inertes, inocuos, indoloros, incoloros, insípidos. El homo ourensanus y sus sucesivas evoluciones, gusta de hacerse el armadillo, especie animal que se duerme sus buenas 18 horas diarias. Casi el koala, en los brazos de Morfeo 22 horas al día. Nada hay que turbe su plácido ronquido. Le da igual que le muevan la cama o que le marchen con la madriguera. En la provincia en la que el debate no es capaz de superar la zafiedad del insulto y ver a quién se ficha para la candidatura a las municipales, la sangre sigue brotando a borbotones. En plena hemorragia el personal que habita bajo las siglas políticas corre raudo a la farmacia a comprar tiritas. Aquí pasa como en el sexo, en el que "no hay nada nuevo, a menos que haya alguien nuevo". (Eric Northman, en la serie True Blood). 

Miércoles, 6 - Formas de hacerse cargo de las herencias

La herencia recibida es el arma arrojadiza que se dispara por el retrovisor. No hay político que no estrene poltrona que no maldiga las artes de sus antecesores que le dejan la caja de los dineros con telarañas y facturas sin pagar. La herencia envenenada es ahora todo legado labrado en pufos. En el año 2007 se ignoraron en España 11.048 herencias y en el 2016 eran ya 38.791. La razón es muy sencilla, la crisis ya no dejó caudales en el banco ni propiedades en la costa. A lo sumo una hipoteca sin pagar y una palleira que se cae. Al aceptar el legado te caen el magro y la grasa. Pepe Araújo se fue del PP y del Concello de Ourense y su herencia se recibió a regañadientes. No porque haya dejado costurones en su gestión, sino porque ya no hay fisioterapeuta que ponga orden en una espalda que carga con pétreas competencias y debe convivir en una corporación que va camino de ser una delicia para los manuales de psiquiatría. Se fue y el siguiente de la lista, Roberto Bermúdez, hizo la del cáliz. Que pasa, vamos. Y siguió la lista y apareció el siguiente, Miguel Prado, En apariencia, tampoco exudaba alegría por ser ungido con los óleos sagrados del cargo. Y es que las herencias ya no son lo que eran, ya ni en la Casa de Alba. Cayetana emparentó en primeras nupcias con Luis Martínez de Irujo y Artacoz. Tenían mucha prisa por el cambio de estado civil y él no acabó la carrera de ingeniero. "¿Para qué quieres estudiar si vas a ser el duque de Alba?", le dijo ella. Desposarse con Cayetana sí que era un cargo. Ser concejal también, pero de conciencia. Una herencia envenenada, vamos.

Jueves, 7 - Pasa como en las cocinas de antaño

Con la provincia pasa como con las cocinas antiguas. La madre, harta de cocinar toda la mañana, ausente de mano alguna que le ayudase, decía al acabar la faena y poner la mesa: "¡A comer!" Y la prole se empujaba para entrar primero y tomar lugar preferente en el reparto del rancho. En Ourense parece que nunca habita nadie hasta que abre Xantar en Expourense y el gerente dice: "¡A comer!" Y salen todos.

Viernes, 8 - Al final ellos también tienen sus fallos

La falibilidad no va con los jueces. Me refiero a que parece que caminan sobre las aguas, sus decisiones quedan fuera del escrutinio de los mortales. Sin embargo, fuera togas y puñetas, son como todos o casi todos. "Lo siento mucho, no volverá a ocurrir", dijo el emérito monarca Juan Carlos I cuando la pifió bien y quiso transmitir la sensación de arrepentimiento. En esto que llega el juez decano Leonardo Álvarez y renueva el cargo ganando por los pelos. "La otra candidata casi me arrebata el cargo, señal de que tengo que hacerlo mejor, seguir trabajando y corregir algunas cosas que no se hicieron bien", dijo. Una declaración que le acerca al mundo de lo perfectible.

Sábado, 9 - Calderilla para espabilar la economía

No está la provincia ni para perder calderilla. Dice el periódico que cada peregrino a Compostela gasta unos 50 euros al día y que la Ruta de la Plata, que atraviesa Ourense, está cayendo en interés. El turismo religioso mueve más de 19 millones de personas en España y aporta más de 13.000 millones de euros a la economía mundial. Lo dicho, Ourense quiere hacer caja, aunque sea a base de propinillas de  50 euros diarios. Que, como se pretende, eso espabile la economía rural ya me parece exagerar un poco. 

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