Opinión

Agotador

Nadar a contracorriente es agotador. Pero no cabe otra cuando eres trucha. El martes seguí con el interés de siempre la proyección de los cortometrajes ganadores en el concurso iberoamericano de 'Versión española'. Según los audímetros, uno de cada cien espectadores hizo lo mismo que yo. La ceremonia de entrega había tenido lugar el 22 de junio en los jardines de la SGAE. Lo que se nos ofreció fue tan comprimido que supo a poco. Fue destacable la frescura de Sergio Pérez-Chirinos, haciéndose pasar por el peluquero de Cayetana Guillén Cuervo, que pide a gritos una serie o un programa para él solo. Las explicaciones de los miembros del jurado (Javier Cámara, Daniel Monzón, Mar Coll, Manolo Solo e Irene Cardona) se intercalaron entre la proyección de los cuatro trabajos elegidos entre 19, y a su vez seleccionados entre los 250 que se presentaron a esta edición.


'Ida y vuelta', de David Martín Porras, que se emitió el primero, se tuvo que conformar con un 0.6% de la audiencia, lo que traducido a cifras supone 119.000 espectadores. Si no fuera porque en nuestro calendario existen, crisis incluida, 140 festivales de cortometrajes, y esta misma semana empiezan los de L´Alfàs del Pi y Sax, y la siguiente el de Elche, parecería que esto es cosa de unos cuantos pirados. Sea como fuere, hay momentos en los que se antoja costosísimo nadar a contracorriente, y uno siente esa mezcla de rabia y extrañeza de que las cosas estén como están, y no como quisiéramos.

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