Opinión

Cosas de teatreros

Hay momentos que bien merecen ser contados y compartidos. Lo hizo la todopoderosa Rosana Torres en una comparecencia en un curso de verano de la Complutense dedicado a las eternas crisis del teatro, de la mano de Ignacio Amestoy. Refirió una anécdota sucedida mientras Adolfo Marsillach presentaba los dos tomos en los que se resumían la historia de los teatros públicos. Miren ustedes por donde, señalaba Marsillach, que los tres directores de escena que tuvieron que lidiar con el franquismo, Luis Escobar, José Luis Alonso y José Tamayo, eran homosexuales. A lo que una alterada Ana Mariscal, presente en la reunión, replicó colérica: 'Eso no se puede decir públicamente. Esos tres señores eran unos caballeros'. Ante estas declaraciones, las miradas de los presentes se dirigieron expectantes hacia Tamayo, el único director vivo en aquellos tiempos, también presente en el acto. Con su habitual flema, sentido del humor y peculiar voz que le caracterizaba, José Tamayo distendió la situación con un rotundo: 'Claro que éramos tres caballeros, pero tres caballeros maricones'. Cosas de teatreros.


La gente acude a los espectáculos como nunca. Hace pocos años, podía presentarse sin reservar, de improviso. Ahora, cuando no avisa con antelación, se arriesga a no poder entrar. Y ese, para Rosana Torres, es el mejor termómetro midetaquillas. Más que las cifras oficiales. Desde luego, mucho más que el indicativo que marca la televisión. 'Mi reino por un caballo' sigue invisible.

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