Volvió ?Fiesta, fiesta?. Y a diferencia de otras propuestas que le precedieron en el tiempo, con carácter solemne, desde ?Raíces? hasta ?De año en año?, la mirada del nuevo programa de reportajes de Cuatro lo que prima es una mirada completamente lúdica, contada a ritmo frenético, de la que se extrae una conclusión rápida: en nuestro país, en cada rincón, en cada ciudad, con la excusa de la fiesta mayor, la población entra en un territorio apto para el desfase, y para un desfase pleno.
Aunque a primera vista pueda parecer una mirada frívola y superficial, y es cierto que viene contagiada por unas formas de hacer que se iniciaron con los ?Madrid directo? y ?Mi cámara y yo?, continuaron hace casi cinco años con ?Callejeros? y se han extendido al resto de las programaciones, lo que ofrece ?Fiesta, fiesta? también contiene un elevado componente antropológico.
Las fiestas de Alicante, sin ir más lejos, con las que abrió el programa, fueron retratadas en diez minutos con más verdad que la que arroja el canal autonómico valenciano dedicándole horas y horas de atención.
Preveo un aluvión de protestas por parte de los protagonistas oficiales de las fiestas aludidas por la mala imagen que se proyecta de ellas. Por cargar las tintas en el desfase total. Volviendo a Alicante, en sólo diez minutos quedaron muy bien reflejados una serie de rituales que soslaya la fiesta oficial.
