Se extiende la percepción de que hemos tocado fondo y cunde por ello un optimismo que se contagia más por el efecto de la ansiedad de cambio que por la naturaleza de los acontecimientos. Extraña sensación la de la alegría de tocar fondo. Pero en esas estamos. Los balances periódicos de desempleo ofrecen en esta provincia lecturas menos malas, del estilo de que la afiliación a la Seguridad Social aumenta después de meses de caída o de que el paro se redujo en más de dos mil personas con respecto a mayo del pasado año. Hay quien lee el principio de la recuperación del empleo y quien lee un efecto meramente estacional. Una vez más, yo no digo nada, me aferro a la idea de que hemos tocado fondo y me adiestro en la posibilidad de que tengamos que caminar por sus fangos durante un tiempo. Algo es algo.
