Opinión

Make AuriaTV Great Again

Cámaras de Auria TV en el pleno del concello de Ourense. MARTIÑO PINAL.
photo_camera Cámaras de Auria TV en el pleno del concello de Ourense. MARTIÑO PINAL.

Seguir la política española actual exige leer entre líneas: despolitizar la Justicia significa llevar al Constitucional a jueces próximos a ser empleados de partido; ser patriota es desear el hundimiento económico de tu país, y defender los derechos de los trabajadores se reduce a intentar consolidar tu plataforma electoral de izquierdas. 

De esos nitratos bebe Gonzalo Pérez Jácome y en este desencanto hay que reconocer que él sí ha sido siempre muy consecuente con su escala de prioridades: por algo en sus ocho años de concejal opositor y dos de alcalde es tan complicado encontrarle propuestas en positivo más allá de dar cheques o contratar a orquestas portuguesas y, en cambio, hace falta mucho papel para detallar sus frenéticos movimientos vinculados a arrimarse la manguera del dinero público sin rendir cuentas. Evitando el análisis facilón sobre su gestión, el regidor ourensano ha mostrado velocidades muy diferentes a la hora de imaginar nuevas formas de captar fondos para sus diferentes bolsillos o para el desarrollo de la ciudad, y tampoco lo ha intentado ocultar -las campañas de autofinanciación jacomiana de la última década tienen tanta opacidad en los números internos como transparencia en las intenciones-. Él mismo ha locutado en los plenos las estrategias comerciales sufragadas con el dinero del Concello y no hace falta ser miss Marple para vincular con sencillez todas esas declaraciones con ciertas jugadas de la hemeroteca municipal: al hombre que contrató con dinero público a un trabajador para usarlo de cámara de su televisión solo le ha faltado, básicamente, tener en la cabeza una visera de “Make AuriaTV Great Again” mientras pedía otro asesor nada más pisar moqueta en 2011, ampliaba al máximo los eventuales en 2019 o pelea para blindar las asignaciones a los grupos pese a sus díscolos. 

LAS SOMBRAS Y LA JUSTICIA

Hoy es tan notorio que el ascenso de Gonzalo tuvo una paternidad compartida como que durante demasiado tiempo las personas con autoridad para investigar las sombras del espacio público evitaron iluminar las esquinas del universo DO. La situación ya era insostenible -por la cantidad de evidencias y la ausencia de respuesta- cuando hace tres meses la propia jueza reabrió el caso por las denuncias de sus excompañeros y ahora la Fiscalía, después de pedir de forma inaudita el archivo de ese caso, cumple por fin con lo que se espera del ministerio público en una investigación paralela sobre hechos similares. Por eso al margen del destino de esos casi 600.000 euros en subvenciones, la ironía de escuchar hablar de conspiraciones a Jácome&Ojea y pase lo que pase con su futuro y la relación con el PP -de nuevo, ¡vaya papelón!- es inevitable que estas noticias dejen cierto regusto al “¡Qué escandalo!, aquí se juega” del capitán Renault: la clave estará -como casi siempre- en el “follow the money” de “Todos los hombres del presidente”. Pero pensando en la situación de la ciudad, lo realmente doloroso es recordar que el preocupante catálogo de hechos a esclarecer lleva años en los titulares a cinco columnas de La Región.

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