Opinión

Claro que son datos positivos

Siempre que los datos económicos o de empleo han sido negativos, lo he manifestado sin paliativos y con dureza, intentando provocar una reacción que involucionase una situación que nadie desea. Por lo que es de justicia decir que los datos del desempleo de agosto en nuestra provincia son positivos y comienzan a mejorar. De esta forma, 798 ourensanos han encontrado trabajo y hemos vuelto recuperar los cien mil cotizantes a la Seguridad Social (100.203), y en lo que va de año hemos creado 5.253 empleos. Son datos positivos que deben y tienen que tener continuidad, y deben ser el estimulo que nos dé más fuerza en la lucha contra las desigualdades sociales, y sobre todo para que los 25.404 desempleados que aún existen en nuestra provincia dejen de serlo y encuentren un trabajo que posibilite su estabilidad económica y laboral. Y para contribuir a este propósito nuestra ciudad necesita, sí o sí, un PXOM que debe ser el dinamizador de nuestro futuro.

Un plan general representa para un ayuntamiento como Ourense más de un 50% de su viabilidad económica y social, e incluso demográfica, y ante esta responsabilidad solo tiene cabida el compromiso de todos los que creemos y queremos a Ourense en la búsqueda de eficiencia y eficacia, que redunden y retornen en calidad de vida, calidad social, calidad medioambiental y calidad urbanística. Más aún cuando se está a punto de aprobar una nueva ley del suelo en Galicia, que considero positiva y que sin duda va a contribuir a modificar e instaurar mejoras considerables en un PXOM que debe aceptarlas sin reparos. Modificaciones que deben darse en diferentes aspectos, contemplando el sentir de las alegaciones de colectivos económicos, vecinales, empresariales y sociales, y que van en la línea de dar seguridad jurídica, tanto en el perímetro rural como en el núcleo de la ciudad. Por todo ello espero que en la respuesta, ya tardía, del Concello a las 5.700 alegaciones presentadas, se tengan en cuenta en su mayoría ya que solo persiguen el crecimiento y la viabilidad económica y social de Ourense.

Pero debemos saber que previsiblemente la ordenación provisional actual acabará cayendo en cuestión de meses, y el urbanismo de Ourense tendrá que volver a regirse por el PXOM de 1986. Lo cual situará esta ciudad en la parálisis absoluta en un contexto clave de involución económica. Por lo que lejos de señalar culpables (no nos soluciona nada) sí debemos propiciar que Ourense cambie su rumbo, tanto de crecimiento como económico y social. Por lo que un desarrollo urbano gestionado con transparencia y pensado para el bienestar de los ciudadanos debe ser el principal objetivo. El urbanismo de nuestra ciudad debe contribuir a la prosperidad económica, a crear entornos de convivencia adecuados y a un medio ambiente más saludable que la convierta en una ciudad acogedora, limpia y segura, capaz de generar oportunidades y alternativas de negocio que se traduzcan en empleo a través de la iniciativa, el emprendimiento y la creatividad. Debemos fomentar la cohesión social, la unidad de la sociedad, favoreciendo el disfrute de los espacios públicos, el paisaje urbano y el patrimonio cultural y arquitectónico. Ourense sí puede tener futuro y habrá que luchar por ello, se lo debemos a las próximas generaciones y nos lo debemos a nosotros mismos.

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