Opinión

Opinión | Empieza una etapa nueva

En los últimos once años, la Diputación Provincial de Ourense se ha gestionado bien, sin paliativos. El remanente de tesorería de la entidad supera los 63 millones de euros, y con un presupuesto actual vigente de más de 90 millones. Todo un hito histórico que solo puede hablar bien de sus gestores. Una institución que se ha digitalizado y modernizado, acoplándose así a las necesidades reales de los 92 ayuntamientos de la provincia, que es realmente a quienes se debe. Y donde la palabra clave ha sido, y es, cooperación. 

Y después de esta breve, pero necesaria introducción, me dirijo directamente al que está llamado a ser el nuevo presidente de la Diputación de Ourense, y al cual le deseo lo mejor. Y por supuesto, aciertos plenos en la transformación de nuestra provincia y decisiones con retorno y contenido. Espero diálogo, colaboración, rigor y carácter reivindicativo, pero sin estridencias, con las muchas necesidades, en diferentes parámetros, que tenemos como provincia. 

Hace pocos días, el INE nos confirmaba y ratificaba un dato preocupante: que 119. 000 viviendas (43,7% del total del parque de la provincia) están vacías, lo que nos sitúa como la provincia de toda España con más viviendas desocupadas porcentualmente. Eso evidencia, entre otras cosas, el Ourense vaciado que otros datos económicos y sociales nos repiten una y otra vez. Por contra, no tenemos más de 450 viviendas en el circuito de comercialización en arrendamiento en el conjunto de los 92 ayuntamientos -Ourense ciudad incluido-, y con unos precios difícilmente asumibles por muchas unidades familiares. Es decir, uno de los retos que tenemos por delante es involucionar la política de vivienda en nuestra provincia para dotarla de una accesibilidad real a nuestros jóvenes y familias económicamente vulnerables. Pero viene una segunda reflexión, está vez de la mano de los datos extraídos de la Dirección General del Catastro. Y es que, los inmuebles de nuestra provincia son los que tienen el valor más bajo de todo el país, penalizados sobre todo por su antigüedad y dispersión geográfica. Esto desde luego no es ni positivo ni gratificante. Porque directamente significa pérdida de valor patrimonial con todo lo que ello conlleva, es decir, nos empobrece aún más como provincia. 

Son muchos y diversos los retos que tenemos en nuestro Ourense. Como una progresiva debilidad empresarial y económica que nos supedita cada vez más a que otros decidan por nosotros, y eso tampoco es positivo. Ourense necesita con urgencia inversiones e inversores. Y para que las inversiones y generación de empleo se produzcan se necesita menos burocracia, más agilidad administrativa y mucha más eficiencia y diligencia en gestionar y agilizar los recursos y trámites. Como ya he dicho en numerosas ocasiones: normativas claras, agrupadas, concretas, legibles; menos burocracia administrativa, y más colaboración entre distintas administraciones es lo que favorece las inversiones y genera seguridad jurídica. Justo lo contrario, por ejemplo, de lo que ha producido una Ley de Vivienda que debe ser derogada lo antes posible por el próximo Ejecutivo de Feijoo después del 23J. Una Ley de Vivienda que únicamente ha sido una grandísima oportunidad perdida de dotar a nuestro país de seguridad jurídica en el urbanismo y en la vivienda. Lo dicho, muchos éxitos y aciertos al nuevo equipo de gobierno de la Diputación, porque de ello depende en gran parte el futuro de Ourense y de los 304.589 ourensanos y ourensanas que aquí quedamos. 

Te puede interesar