Opinión

La gran tomadura de pelo de las viviendas de la Sareb

Generar expectativas a quien más ansia, y desespera, tener una vivienda en alquiler social y que todo se quede en un espejismo, no es de recibo ni es ético ni moral, en un ejercicio político de engaño masivo totalmente repulsivo. ¿Adónde tienen que ir ahora las personas y familias de rentas bajas a solicitar una vivienda de alquiler social de la Sareb? ¿A la Delegación del Gobierno en Galicia? ¿A los ayuntamientos de los 313 municipios gallegos? ¿A los servicios sociales de las diferentes administraciónes? ¿Dónde están esas 1.831 viviendas de la Sareb en Galicia? Ahh... que ahora solo son ya 1.285. Ahh que ahora tampoco son esas y solo son un puñado de docenas de viviendas en mal estado que hay que transmitirlas primero entre el ministerio y las comunidades autónomas. Que después hay que licitar su reforma integral o parcial. Que a continuación la empresa constructora adjudicataria tiene que solicitar la licencia municipal de reforma con sus tiempos de espera. Que cuando reúnan las condiciones de habitabilidad deben ser sorteadas entre los demandantes de vivienda protegida. Que, en el mejor de los casos, para el año 2025 algún afortunado podrá habitar la primera vivienda... en fin. A escasas semanas de unas elecciones municipales únicamente es un anuncio electoral y una descomunal tomadura de pelo, otra más de este Gobierno bipartito socialcomunista. 

Este ejecutivo, con su bananera y totalitaria Ley de Vivienda, le da definitivamente la puntilla al alquiler. Ni una sola medida seria y efectiva para aumentar la oferta. Una ley únicamente centrada en atacar al propietario como si fuera el enemigo a batir, demonizándolo al igual que a las empresas y empresarios. Una ley letal para los inquilinos vulnerables que les va complicar, y mucho, el tener acceso a una vivienda digna. Una ley que ahuyenta la inversión en alquiler por parte de los pequeños y medianos ahorradores. Una ley que reducirá aún más la oferta y que no aliviará los precios en absoluto. 

La Sareb nace en 2012 para vender los activos recibidos de cajas y bancos intervenidos. Lo que se podía vender, ya se vendió. Queda lo que a nadie le ha interesado comprar: esqueletos de obra nueva inacabada, viviendas en pésimo mal estado o mal ubicadas. ¿50.000 viviendas para alquiler? Es sólo un anuncio electoral: 21.000 (ahora ya solo 9.000 y dentro de unos días ya veremos cuántas) son de Sareb, la mayoría inhabitables o difícilmente alquilables por motivos varios. 14.000 ya están alquiladas (y una buena parte okupadas) en los últimos años, no alivian la demanda actual ni tienen repercusiones en los precios de las áreas donde están ubicadas. 15.000 simplemente no existen, hay que construirlas y, con los parámetros que han marcado, la falta de rentabilidad es total, con lo cual al sector privado no le va a interesar en absoluto. 

Y es que en Galicia somos más de 2.670.000 habitantes con un parque de 1.600.000 viviendas. De las cuales 160.000 están en alquiler actualmente. Y si con esta Ley de Vivienda, los propietarios retiran un 20% de las en alquiler, el mercado colapsa. 

Y ¿qué se debería hacer? Pues dotar al mercado de la vivienda de seguridad jurídica real, la cual fuese capaz de movilizar únicamente un 6% del total de viviendas vacías en nuestra Galicia: 340.000. Es decir, que unas 20.000 saliesen al mercado del alquiler. Y así sí se conseguiría aumentar la oferta y bajar los precios. ¿Es tan difícil hacer las cosas bien?

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