Opinión

Ni un paso atrás

Ni un paso atrás en las medidas de regeneracion democrática ni en la voluntad férrea de limpiar este país de corrupción y de los corruptos que nos roban a manos llenas. Todo ello agravado con una sensación en la ciudadanía del disfrute de una impunidad que a todas luces resulta insultante. Por esto mismo, reclamo al actual Gobierno agilidad, contundencia y voluntad real de aplicar las medidas de regeneración anunciadas y su ejecución inmediata en su totalidad, sin más dilaciones, para combatir y acabar con esta lacra si no queremos ver como en las próximas elecciones generales este país puede llegar a derivar hacia lo ingobernable y lo anárquico. No se ha actuado con la agilidad y contundencia necesaria en la lucha contra la corrupción y las corruptelas, y esto, en el contexto actual, resulta inexplicable para el conjunto de la sociedad en general. Limpiar y desinfectar este país de corruptos debe ser una de las primeras directrices que se deben aplicar con determinación y sin miramientos de ninguna clase, estén donde estén y se llamen como se llamen. Por esto mismo me resulta inexplicable que en los Presupuestos generales del Estado no se refuerce nuestro sistema judicial con partidas con las que se permitiese disponer de más recursos humanos y más medios tecnológicos y económicos en la lucha contra los sinvergüenzas que, utilizando coberturas logísticas como sindicatos, entidades financieras y partidos políticos nos han estado mangoneando los dineros públicos provenientes de nuestros impuestos, que tanto sudor y lágrimas nos cuesta pagar.

Desde el Consejo General del Poder Judicial se pide continuamente la dotación de "cuantos medios sean precisos" para mejorar el funcionamiento de la Justicia, además de "un nuevo marco procesal"; pero a día de hoy seguimos igual. ¿Qué más ha de descubrirse para que se reaccione con energía y determinación?

Que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria remita a la Fiscalía, "en los próximos días", una veintena de operaciones "potencialmente irregulares" detectadas en Catalunya Caixa y en Novagaliciabanco para su investigación exige inmediatas responsabilidades penales y patrimoniales. Pero lo exige también y a la mayor brevedad "las tarjetas de la vergüenza" de Caja Madrid. Porque, como señala acertadamente Pérez Boga, presidente la Organización de Inspectores de Hacienda, el caso de las tarjetas “black” es algo más que fraude fiscal, es pura y dura corrupción. Y aquí quiero recordar que estamos hablando de una entidad rescatada con el dinero de los ciudadanos, por lo tanto pública. Lo que me deriva a decir que las desmesuradas concentraciones de poder en lo público coartan, limitan y laminan la libertad de los ciudadanos. Más liberalismo económico y menos intervención estatal es una receta a tener en cuenta. En definitiva, si queremos recuperación económica ésta vendrá de la mano de la generación de confianza y de perspectivas sociales y de empleo positivas, y actualmente el clima es de una desconfianza total y absoluta por parte de los ciudadanos, y así lo refleja en su ultima encuesta del CIS.

Y esta perdida de confianza, credibilidad y malestar social tiene origen y nombre: se llama corrupción.

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