Dice el dicho que “a perro flaco todo son pulgas”. Pues lo mismo nos podríamos aplicar con el resultado electoral del 23J. Me explicó: prácticamente se da por hecho que Pedro Sánchez volverá a formar gobierno con todos sus socios de la legislatura anterior y es que los números le dan y el voto CERA no ha cambiado nada del panorama electoral. Y eso no va ser positivo para nuestra provincia, Ourense. Adelanto más marginación y olvido de la Administración estatal en sus partidas presupuestarias. Un olvido histórico hacia nuestra provincia que se repite por nuestro escaso peso e influencia, incapaz de colocar en la “agenda política” cuestiones básicas que nos afectan, como el declive demográfico, el déficit de infraestructuras, la elevada dispersión en el rural o el elevado envejecimiento. El INE también nos recordaba recientemente que somos la provincia con más viviendas vacías de España, casi un 40% del total del parque. Para agravar aún más el problema, tenemos un alcalde, el de la capital, que es persona “non grata” en la mayoría de las Administraciones, es decir, que no lo reciben, así de claro. Y así, con estos mimbres, Ourense una vez más debe buscar su supervivencia económica, social y demográfica, en fin.
La realidad nos dice, nos guste o no, que Ourense hace mucho que ya dejó de ser proactiva en la búsqueda de su viabilidad. La mayoría de los agentes económicos y sociales siempre han estado más pendientes de la subvención para sus gastos corrientes que de luchar y defender los intereses generales de Ourense. En esa batalla por nuestra industria, empleo y futuro ya hace mucho que diversas entidades arrojaron la toalla. Y ya no hay un Eduardo Barreiros, un Ferrer Garrido o un Eulogio Franqueira, por nombrar a algunos, que tiren del carro de este Ourense vaciado, y que cada vez lo es más.
Y es que la película “El último mohicano” bien se podría titular “El último ourensano”. En esa estamos. Pues sí, porque con los datos en la mano, en el 72% de las comarcas de la provincia el declive demográfico es notorio, con una edad media que ya supera los 54 años. Y con unas comarcas como Terra de Trives, Baixa Limia, Terra de Caldelas, O Ribeiro, Terra de Celanova y Viana, donde la edad media supera ya los 60 años.
Más datos: 200 pueblos de Ourense están totalmente vacíos, el 5% del total, lo cual afecta a 49 ayuntamientos del total de 92 del que se compone la provincia. En definitiva, el panorama que se presenta en el futuro inmediato es desalentador, ya que más de un tercio de los pueblos de la provincia camina hacia su completa desaparición; es lo que hay y es casi imposible su reversión.
Pues bien, esta es sólo una pincelada. Y el problema va a aumentar y mucho, con una Administración estatal que seguramente nos obvie en su totalidad la próxima legislatura. No representamos nada para ellos, incluso creo que algunos de los muchos asesores que pululan por Moncloa sepan ubicarnos en el mapa.
En conclusión: nos faltan mimbres, nos faltan personas que den la batalla por Ourense y nos faltan, y eso es lo más grave, diez mil jóvenes ourensanos que han dejado la provincia en los últimos años por falta de oportunidades laborales acordes a su formación. Sin jóvenes no hay futuro, no lo hay. Pero aquí seguimos de verbenas y observando pausadamente como nos parchean una calle. Lo de la industria, empleo, tejido económico y social, infraestructuras y demás... eso es cosa únicamente de Vigo y A Coruña. En Ourense solo estamos para las fotos y el bailoteo, y en eso estamos.
