Un Ourense con un futuro viable económica, social y demográficamente. Un Ourense limpio, seguro, ordenado, embellecido y sostenible. Un Ourense que genere oportunidades laborales para nuestros hijos y que evite el verlos marchar a otros destinos poniendo así en evidencia una sangrante falta de perspectivas que debemos paliar de inmediato con planes de choque económicos. Un Ourense que puede, debe y tiene que dar solución a sus 12.842 desempleados, encauzando su problemática situación a otra que les permita disfrutar de un empleo digno y estable. Un Ourense preocupado por el bienestar de nuestros mayores, de cubrir sus necesidades y de su calidad de vida, para lo cual se les debe dotar de los centros, servicios y personal necesario para su correcta atención. Un Ourense que en su núcleo como ciudad y en su perímetro rural esté dotado de las calles, aceras, accesos, servicios e infraestructuras acordes a nuestras necesidades. Un Ourense que alivie la carga recaudatoria a sus ciudadanos, reduciendo todos los tramos de impuestos municipales en vigor, sin que se vea mermada la calidad de los servicios prestados.
Un Ourense con suelo industrial propio, que permita abaratar su coste y flexibilizar sus condiciones de adquisición para contribuir a incentivar, potenciar y desarrollar el emprendimiento, el autoempleo y la creación de nuevas actividades económicas multisectoriales que generen contrataciones sólidas y de calidad, y retornen en crecimiento económico y capacidad de consumo que a su vez se derive a sustentar nuestro comercio local. Un Ourense que cuide y mime su cultura, su historia y su patrimonio arquitectónico. Un nuevo modelo de ciudad que avance hacia el futuro con andar firme, con las ideas cristalinas y con la mente abierta, para que genere la ilusión y motivación necesaria para que todos vayamos en una misma y correcta dirección.
Un Ourense que escuche a sus habitantes, que se empape de sus inquietudes y problemas para saber dar una respuesta adecuada en tiempo y forma. Un Ourense en donde sus múltiples asociaciones vecinales, culturales, deportivas y de beneficencia tengan un papel activo, participativo y con retorno a la sociedad, y para ello deben ser ayudadas y potenciadas con los recursos necesarios de forma igualitaria y equitativa. Un Ourense dotado de un nuevo plan de urbanismo que ordene y nos dé tranquilidad a los que aquí vivimos y a los que quieran vivir y que sirva para dar seguridad jurídica a todos aquellos que en nuestra ciudad quieran invertir.
Este es el modelo de ciudad en el que creo, una ciudad para su uso y disfrute. Una ciudad que mire al futuro con ilusión y orgullo. Una ciudad con retorno para sus ciudadanos. Una ciudad en la que sus próximos responsables municipales entiendan y pongan en práctica que son los gestores y a la vez empleados de los ciudadanos y que los únicos intereses a defender son los de las 107.542 personas que la componemos. Una ciudad con igualdad de oportunidades, que luche por acabar con las desigualdades sociales y con el drama de la pobreza de numerosas familias enormemente debilitadas por esta larga y brutal crisis. Un proyecto de ciudad real, que construya un Ourense de todos y para todos.
