Opinión

Poco a poco

La paciencia es una virtud, aunque a veces me cuesta entender el manejo de los tiempos y la lentitud de la toma de decisiones a sabiendas necesarias e ineludibles. Me explico y entro en materia. El presidente del Gobierno, y presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, ha propuesto reflexionar sobre las posibilidades de reducir el número de aforados que hay en el país o sobre el tipo de aforamiento que los protege; un primer paso positivo y adecuado, a mi modo de ver, y así lo manifestaba en mi cuenta de Twitter cinco días antes de su anuncio: "Este país ha sido un cúmulo de excesos las últimas décadas. 10.000 personas aforadas es una buena prueba de ello. No desentonemos con Europa". Esa reflexión tendrá lugar en la escuela de verano del PP, en la que el presidente del PP quiere que se aborde de forma especial la regeneración democrática del país, ampliamente defendida por el que escribe estas líneas durante los últimos tiempos y argumentada en columnas de opinión en este mismo periódico en diversas ocasiones, por lo cual solo puedo manifestar mi satisfacción por la apertura de un debate interno necesario e imprescindible para retomar y recoger las inquietudes mayoritarias de los ciudadanos.

egeneración democrática que defiendo a ultranza como respuesta ante el cambio de mentalidad de los ciudadanos y como respuesta a una ciudadanía que necesita un recambio en lo político, lo social y lo económico, tanto en las formas como el contenido y por supuesto en las personas.

Pero esta regeneración democrática demandada por la sociedad debe tener continuidad también en una regeneración democrática interna de los partidos políticos, para que sean realmente transparentes, respondiendo al fin que los ciudadanos solicitamos y demandamos. Solo de esta forma se recuperará la credibilidad política, social e institucional. La regeneración democrática y la regeneración política son vitales, fundamentales e imprescindibles en el contexto en que se encuentra este país, necesitado de ideales, principios, valores e ilusión. Obviar o dilatar este debate únicamente significaría desconectar con el pensamiento de la sociedad actual.

También es necesaria y oportuna una reforma electoral que haga directa la elección de los alcaldes. Por lo que se debe a la mayor brevedad reformar la legislación electoral para que se realice de forma que la fuerza política que obtenga el respaldo mayoritario de los votantes sea la que gobierne. Es lo justo y lo más democrático para respetar así la voluntad popular expresada a través del voto de los ciudadanos.

Todas estas líneas de actuación deben ser, como ya he expuesto, reflexionadas, debatidas y consensuadas para garantizar una verdadera democracia interna que debe tener su reflejo en la sociedad actual. Abrir el partido a sus militantes y simpatizantes es la única vía de conectar con la totalidad de la sociedad, y aquí quiero recordar una vez más que la fuerza de una formación política son sus bases, y si estas no se ven identificadas, representadas y autorizadas, el edificio se nos tambalea.

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