Opinión

PXOM, proyecto común de Ourense

Así entiendo que debe ser nuestro PXOM, el de nuestra ciudad, el de nuestro ayuntamiento. Un proyecto común para los más de 107.000 ourensanos que aquí vivimos, y los que vengan en las próximas dos décadas. Un Plan Xeral que genere ilusión, que potencie nuestra economía, que genere recursos y empleo, que aumente nuestra demografía. Y todo ello con diálogo, con acuerdos, con colaboración y con consenso, y por supuesto con inteligencia, coherencia y rigor.


A pocos días de finalizar el periodo de alegaciones, mi sentir es que en este periodo de exposición al público de tres meses de duración, ha reinado en buena parte la resignación, la desconfianza y el recelo, ya que una buena parte de los ourensanos se ha desligado del debate y de la defensa de sus intereses, al pensar muchos de ellos que para qué se van molestar si “nuestros responsables políticos” van a hacer y deshacer como le venga en gana sin contar con nadie, ni con nada. Esta respuesta la he escuchado en el último trimestre como un estribillo, y puede que razón no les falte, ya que el secretismo y la prepotencia en las formas y el contenido invitaban a pronunciarse de esta manera.


Pero no puede ser, no podemos caer en un peligroso conformismo ya que directamente dañaríamos nuestros intereses y la de nuestros descendientes. Reitero una vez más, y todas las que sea necesario, que un plan general representa para Ourense más de un 50% de su viabilidad económica y social, y ante esta responsabilidad solo tiene cabida el compromiso de todos los que creemos y queremos a Ourense en la búsqueda de eficiencia y eficacia, que redunden y retornen en calidad de vida, calidad social, calidad medioambiental y calidad urbanística. Más aún cuando se está a punto de aprobar una nueva ley del suelo en Galicia, que considero positiva y que sin duda va a contribuir a modificar e instaurar mejoras considerables en un PXOM que debe aceptarlas sin reparos. Modificaciones que deben darse en diferentes aspectos, contemplando el sentir de las alegaciones de colectivos económicos, empresariales y sociales, y que van en la línea de dar seguridad jurídica a todos los que somos propietarios, tanto en el perímetro rural como en el núcleo de la ciudad, para no permitir que ninguna casa quede fuera de ordenación, con todo el perjuicio que ello conlleva.


Proteger un rural que en el espíritu del borrador de la nueva ley del suelo será únicamente tradicional y común, actuando esta con una mayor penetración en la regulación, que quedará en manos del urbanismo local, aumentando así sus competencias para poder permitir obras en suelo rústico con licencia únicamente municipal, con lo que eliminaríamos el suelo urbanizable no delimitado, o líneas de actuación como que se limiten los planeamientos de desarrollo a planes especiales, parciales y estudios de detalle única y exclusivamente. De esta forma, el suelo urbanizable se constituirá en el que los planeamientos consideren idóneos para permitir su crecimiento tanto económico como demográfico, permitiendo así todo el desarrollo estructural urbanístico necesario. Esta es la letra, pues escribámosla entre todos correctamente pensado únicamente en el interés general y en Ourense.

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