Opinión

Un termalismo en cenizas

Eso es lo que queda de un termalismo que siempre ha sido un bluf en la ciudad de Ourense, porque siempre ha sido una venta de humo, paneles publicitarios anunciando lo que nunca se iba hacer y poco más. Un termalismo que debería haber sido nuestra particular joya de la corona y del cual nuestros políticos locales en las últimas décadas lo han derivado a la nada, con su manifiesta incompetencia, ineficacia e ineficiencia. Simplemente ha sido un engaño tras otro para tapar sus fracasos de antigestores de lo público. Hace unos años, la última corporación socialista buscaba fondos para convertir a Ourense en la segunda ciudad termal de Europa, detrás de Budapest, al contar nuestro municipio con 96 manantiales, de los que en la actualidad sólo se están aprovechando poco más de media docena, y convoca en nuestra ciudad un foro de inversores. Pues bien, en aquel evento, que se había celebrado en el Liceo, fueron varios los inversores foráneos especializados en unidades termales que se pusieron en contacto conmigo para interesarse en como estaba el "tema" del PXOM y la seguridad jurídica urbanística en la ciudad. Mi respuesta fue la que todos saben, que no había seguridad jurídica urbanística, porque aún no teníamos un plan general de ordenación urbana aprobado de manera definitiva. La respuesta de estos posibles inversores fue la de un gran malestar por hacerles venir a Ourense para nada de nada, únicamente para perder su tiempo y de lo irresponsables que habían sido los políticos locales.

Siempre he manifestado lo mismo: sin seguridad jurídica urbanística ningún inversor privado va a invertir ni un céntimo de euro, ni aquí ni en otra parte. Y a este sombrío panorama aún habría que sumarle las deficiencias, claramente visibles, como el mal estado de los accesos o la falta de aparcamiento adecuado en la zona de Outariz y la escasez de servicios complementarios. Esto es lo que hay, y aún en agosto del 2019 seguimos sin plan general, sin seguridad jurídica y sin hoteles termales en la ciudad, y lo que nos queda...

¿Cuál es ahora la excusa -con mayoría absoluta conformada por dos formaciones políticas- para no aprobar un plan general de manera definitiva y que se exponga al público con transparencia para que todos conozcamos las modificaciones, sean sustanciales o no, introducidas? Y digo esto, porque recientemente la Dirección Xeral de Ordenación do Territorio e Urbanismo comprobó que la documentación aportada por el Concello contenía "algunas deficiencias de carácter formal", como la falta de documentación, planos (¿de qué me sonará la falta de alguna planimetría?), urgiendo a que sea subsanado por la administración local a la mayor brevedad.

En fin, todo sigue igual y ningún termalismo resurgirá de sus cenizas como Ave Fénix mientras no se aprueben el plan general de Ourense con rigor, transparencia e igualdad hacia todo el patrimonio privado y de todos sus propietarios.

Termalismo no solo es el tratamiento de aguas o unidades hoteleras, sino toda la industria auxiliar complementaria y de servicios que se pueden derivar de la matriz, con lo cual estaremos generando valor añadido, rentabilidad y futuro a múltiples y diferentes sectores económicos, que sepan innovar y capitalizar los resultados de una política termal y los diferentes tratamientos que a las aguas se le puedan dar. Es, en definitiva, nuestra carga de trabajo y nuestra posibilidad de crear empleo.

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