Lo cierto es que el conjunto ourensano pegó un gran grito al cielo para reivindicarse y reclamar su sitio en los play off. Sin lugar a dudas una gran tarde para el Pazo.
El rival, el Estudiantes, lo exigía. Y lo cierto es que el conjunto ourensano tuvo una muy buena actuación combinada de sus dos pívots -¡al fin sus compañeros entendieron a Gill en el pink and roll!-. Una vez más quedó patente, que de todos los equipos, quizá Kacinas y Turner, juntos, sean el dúo con mayor peso gravitacional sobre su/un equipo -¿Los van a dejar marchar?-. Que Samu Rodríguez se está ganado su espacio -¿seguirá la temporada que viene?- como mejora Javi López y que a la altura de las circunstancias estuvo una segunda línea en ocasiones un tanto denostada.
Pero, sobre cualquier otra cuestión, en defensa, el conjunto ourensano no perdió pie en ningún momento. En todo ello tiene mucho que ver el trabajo y la confianza en su plantel del técnico Félix Alonso -¿aún se duda?-.
Lo cierto es que el conjunto ourensano, no tanto por presupuesto como puede ser por su juego, se ha puesto en modo cercanía de play off con total merecimiento. Lo hace desde la defensa y el esfuerzo colectivo, y no deja de mandar avisos a sus rivales de que está dispuesto a mantener con firmeza sus aspiraciones a optar por meterse en la zona noble. Un objetivo que, después de “llenar” el Pazo, el plantel de jugadores y técnico se toman como propio y así lo manifestaron al final del partido.
Por cierto, los interrogantes no son tanto interesados por parte del que suscribe como sí las dudas y los miedos a futuro de los aficionados que así me lo transmiten.
