Opinión

Primer parcial

Hay un neoestilo en el COB de la presente temporada que empieza a resultar entre fastidioso y despótico. Pues es una obviedad que el conjunto ourensano no es el mismo fuera, donde se expone a duros castigos, que en el Pazo, donde confiado en su apasionamiento, la regularidad de Radic, López, el esfuerzo y ahora cierto de Kacinas o la intimidación de Gill, la magia del Pazo y si esto no resulta allí surge la figura de Justin Turner, es capaz de zarandear a todo un Valladolid. Los pucelanos, ejemplo de físico y carácter personalizado en su técnico Paco García, más que cabreado con sus jugadores y con el veterano De la Fuente en particular, a quien reprendia tras anotar un triple: “Mucho tirito ¿Y luego qué?”. La defensa fue su cruz.

Muchos eran los aficionados que al abandonar el Pazo se preguntaban el porqué de la mutación ourensana. Quizá la razón esté en la respuestas de Rafa Nadal en una entrevista de Manuel Jabois: “Soy más competidor que ganador. La derrota no me destroza. Hay partidos que te duele perder, solo faltaría, pero si yo compito, me siento bien”. Y el COB en esta ocasión competió a tope.

El acierto ofensivo llegó por añadidura y el showtime de Justín Turner capaz de “fundir” cualquier atisbo de reacción vallisoletana a base de triples, y penetraciones fue la solucion a posibles dudas. Es evidente que una sola pieza, Turner, cambia la morfología del COB. En este caso es de justicia resaltar el acierto, pues el valor se le suponía y lo había demostrado, de Kacinas. 

De tal modo, el conjunto ourensano finaliza la primera vuelta de una competición, como es la LEB Oro, que está dando muestras de una competencia impredecible, con equipos que no hay que perder de vista, aunque no sean favoritos: Tizona, Lleida o Gipuzkoa, y candidatos que pueden, y están teniendo, tropezones, en su camino al ascenso, Estudiantes, Coruña o Burgos, con una buena nota. En posiciones intermedias de acceso a la disputa del play off un objetivo de máximos. Bien es cierto que las conquistas nunca son irreversibles y es necesario por tanto que la lucha continúe. 

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